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Doble peligro para el gran tabaco |
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| El Departamento de Justicia de Estados Unidos prepara una arremetida legal contra las grandes empresas del tabaco alegando una conspiración ilegal desde 1953. El gobierno está buscando un resarcimiento de US$ 280 mil millones, casi las ganancias enteras de las seis empresas durante el período de las cinco décadas. El sector ha enfrentado muchos obstáculos, pero nunca de este tamaño y justamente ahora cuando el Congreso propone darle a la FDA el poder para regular la fabricación y el contenido de los cigarrillos.
Antes al menos podría contarse en que las cigarreras se apoyarían entre sí, pero ahora la situación ha cambiado. El proceso podría ser devastador para algunas como Altria, Reynolds American, y Liggett, y muy beneficioso para las que inician y que no se han incluido en la demanda como Commonwealth Brands Inc. y General Tobacco. El mercado tampoco había sido tan difícil como ahora, como resultado de los impuestos y el alto costo del Master Settlement Agreement (MSA) firmado por las empresas en 1998 para finalizar con demandas emplazadas por 46 estados. Adicionalmente las ganancias han bajado y los precios de los cigarrillos han aumentado.
Los líderes tradicionales de la industria se ven amenazados por fabricantes de rápido crecimiento como Star Tobacco y Dosal Tobacco Corp. Estas empresas no son parte de la MSA (condición que suma a cada paquete 50 centavos). En cuanto al proceso legal no hay mucha oportunidad de victoria para las grandes. Los federales argumentan que la industria operó en forma ilegal desde diciembre del 53 cuando en una reunión las principales empresas acordaron dedicar sus investigaciones a combatir las preocupaciones de la sociedad en torno al cáncer. En el alegato, la justicia expone 50 años de tácticas para enmascarar la verdad sobre el acto de fumar. Las marcas involucradas han negado la conspiración.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos prepara una arremetida legal contra las grandes empresas del tabaco, alegando una conspiración ilegal desde 1953. El Gobierno está buscando un resarcimiento de US$ 280 mil millones, casi las ganancias enteras de las seis empresas durante el período de las cinco décadas. El sector ha enfrentado muchos obstáculos, pero nunca de este tamaño y justamente ahora cuando el Congreso propone darle a la FDA el poder para regular la fabricación y el contenido de los cigarrillos.
Antes, las cigarreras se apoyaban entre sí, pero ahora la situación ha cambiado. El proceso podría ser devastador para algunas como: Altria, Reynolds American, y Liggett, y muy beneficioso para las que se inician, y que no han sido incluidas en la demanda como Commonwealth Brands Inc. y General Tobacco. El mercado tampoco había sido tan difícil como ahora, como resultado de los impuestos y el alto costo del Master Settlement Agreement (MSA) firmado por las empresas en 1998 para finalizar con demandas emplazadas por 46 estados. Adicionalmente, las ganancias han bajado y los precios de los cigarrillos han aumentado.
Los líderes tradicionales de la industria se ven amenazados por fabricantes de rápido crecimiento como Star Tobacco y Dosal Tobacco Corp. Estas empresas no son parte de la MSA (condición que suma a cada paquete 50 centavos). En cuanto al proceso legal no hay mucha oportunidad de victoria para las grandes. Los agentes federales argumentan que la industria operó en forma ilegal desde diciembre del 53 cuando en una reunión las principales empresas acordaron dedicar sus investigaciones a combatir las preocupaciones de la sociedad en torno al cáncer. En el alegato, la justicia expone 50 años de tácticas para enmascarar la verdad sobre el acto de fumar. Las marcas involucradas han negado la conspiración.
En cuanto a la propuesta del Congreso sobre el papel de la FDA, aunque la empresa Altria lo niega, muchos observadores consideran que una de las razones por la cual la empresa la respalda es para aminorar los posibles procesos judiciales futuros contra la industria. La legislación le daría la responsabilidad a la FDA de las advertencias sobre la salud que deben acompañar a la venta de cigarrillos. Y este nuevo estándar debería ser aplicado a todos los fabricantes, pequeños o grandes. Los rivales de Altria temen, por su parte, que las restricciones de mercadeo que vendrían les impedirían ganar participación de mercado en contra del líder dominante y que las especificaciones de advertencia ayudarían a la campaña que ya tiene Philip Morris para hacer un producto que reduzca la exposición a las sustancias dañinas que tienen los cigarrillos.
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Este es el resumen del artículo "Doble peligro para el gran tabaco" publicado en Septiembre 13, 2004 en la revista Business Week.
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