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Listo para la revolución | 
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| Existe una nueva tendencia en la industria automotriz: los automóviles ecológicos, que obtienen su energía tanto del combustible fósil, la gasolina, como de la electricidad. El Prius, de la Toyota, lidera esta revolución de protección al ambiente. Ya la marca ha dejado atrás a Ford y ahora promete hacerlo con GM (su idea de los automóviles totalmente eléctricos que usan sistemas de células de hidrógeno como combustible todavía está lejos de ser mercadeada).
La industria está lista para un cambio, ya que los últimos años no han sido los mejores y sólo el apoyo de los Gobiernos y las familias fundadoras de las marcas han mantenido a flote las distintas empresas. Las ideas abundan y el enfoque apunta a adaptar el sistema de producción en masa inventado por Henry Ford a las realidades de los mercados actuales. Las firmas automotrices han aprendido de Toyota a consumar un proceso de producción mucho más eficiente y a tiempo, y ahora están buscando alternativas para ensamblar los automóviles contra órdenes de compra, en lugar de armarse de un inventario, dado que el usuario cada vez es más exigente con las características del producto. La industria está tratando de responder a los cambiantes gustos del público.
No obstante, a medida que el mercado se fragmente puede resultar más difícil complacer a todos. Se necesitará entonces otra estrategia de producción. Puede que la empresa del mañana sea una que sólo posea la tecnología, el diseño y la marca, mientras que sea otra la que produce; una industria bajo contrato, por ejemplo, nacida de alguno de los suplidores actuales. Un factor que impulsa al segmento hacia esta realidad es el hecho de que cada vez los automóviles se parecen más a los productos electrónicos, una tendencia que se acelera constantemente. Ya los vehículos son más livianos y contienen chips y otros elementos electrónicos. Y algunos rasgos que poseen en la actualidad se han tomado de la aeronáutica. A medida que la electrónica reemplace las características mecánicas, los automóviles se volverán incluso más livianos.
Las firmas que queden rezagadas en esta innovación no contarán siquiera con el apoyo de los Gobiernos o de las familias fundadoras. En cambio, las que puedan manejar los cambios tecnológicos, financieros y de mercadeo, serán las que sobrevivan y tengan éxito. Este sector industrial se parecerá en el futuro más a otros negocios del área de productos de consumo: repleto de ofertas y competencia, muy cambiante y esclavo de los antojos de los clientes.
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Este es el resumen del artículo "Listo para la revolución" publicado en Septiembre 04, 2004 en la revista The Economist.
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