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La bonanza de 300 mil millones de dólares | 
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| De acuerdo con el Departamento de Energía estadounidense, los países OPEP recibirían unos US$ 300 mil millones como resultado del aumento del precio del barril, lo que lleva a muchos a pensar cuál será el destino de este monto en las naciones productoras. La cantidad que se exporta no se sabe con precisión, por ende tampoco se conoce cuál es el ingreso exacto ni los patrones de inversión de las ganancias. Finalmente, también es complicado determinar el impacto de los petrodólares en el sistema financiero global, especialmente cuando hay un decente crecimiento económico, el crédito es fácil y las fuentes de liquidez son difíciles de identificar.
Ya la historia ha demostrado los efectos no favorables de los petrodólares. Después del auge de los años setenta, fue dinámico el movimiento de dinero e inversiones, pero también muchos países quedaron endeudados y en peor situación. Pero esta vez, el beneficio será menor (aunque las ganancias son muy altas en toda la historia de la OPEP, el panorama cambia al considerar la inflación actual). El Instituto de Finanzas Internacionales calcula que las seis economías del Golfo Pérsico gastarán unos US$ 200 mil millones en proyectos de infraestructura en los próximos tres años y tendrán un excedente fiscal de cerca del 10% del PIB.
Algunos analistas temen que el dinero fácil sea malgastado como en el pasado, pero, tal vez, esto no pase con los grandes productores del Golfo Pérsico que parecen enfocados en reducir sus deudas y balancear sus presupuestos (particularmente Arabia Saudita). Hay más preocupación en el caso de Rusia y Venezuela. En el primero preocupa que se dé rienda suelta al gasto, mientras que en el segundo, el mandatario Hugo Chávez ha usado las ganancias para expandir su gasto social con fines políticos pero no con tino económico.
Es difícil determinar el impacto de las ganancias extraordinarias petroleras en los mercados financieros internaciones. Algunos miles de millones de dólares están encontrando su destino en fondos establecidos por algunos productores de petróleo. El “pote” de Noruega por ejemplo, podría contar con US$ 140 mil millones y puede que reciba otros US$ 13 mil millones este año. Otros países (México, Azerbaiyán, Kazajistán y Timor Oriental) han conformado fondos similares. Y ahora Rusia también se ha unido al club. Algunas opiniones son escépticas sobre el valor de estos instrumentos. Si estos fondos son buenos o no para los países productores, sus inversiones en mercados foráneos parecen no ser causa de preocupación por los momentos. Al menos por ahora, el mundo parece estar a salvo de la amenaza de otra crisis por petrodólares.
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Este es el resumen del artículo "La bonanza de 300 mil millones de dólares" publicado en Septiembre 25, 2004 en la revista The Economist.
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