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La opción noruega |
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| Noruega y Suiza han sido las únicas naciones que se han resistido a la tentación de unirse a los 25 países que conforman la Unión Europea. Ambos países son suficientemente ricos y tal vez esto sea más una causa que una consecuencia de su decisión de no pertenecer al grupo. El primero es uno de los principales países productores de petróleo y Suiza siempre ha estado por encima del promedio europeo. En un reciente trabajo sobre Noruega, el periodista Peter Hitchens descubrió: “Una nación real que controla su propio destino”. Pero algunos hechos podrían indicar que esto no es tan cierto como parece.
Aunque no se unió a la UE, Noruega sí ingresó al Área Económica Europea; esta organización le da acceso a los mercados internos del continente y a sus cuatro libertades: de movimiento de bienes, de servicios, de gente y de capital. Pero todo ello a cambio de que los noruegos acepten la legislación del mercado interno y no tienen derecho a voto en este sentido. Estas condiciones hacen pensar a algunos que sería mejor para Noruega pertenecer a la UE. Existe, sin embargo, una ventaja: los noruegos no están obligados a aceptar el euro ni tampoco ha firmado las políticas de pesca comunes a la UE, lo cual le deja sus 200 millas de zona de exclusión costera que permanece bien abastecida de peces.
La relación de Suiza con la UE es aún más íntima. Este país rechazó su membresía al AEE en el referéndum del 92. Esto se traduce en que a diferencia de tener acceso a las cuatro libertades, ha tenido que negociar los acuerdos sector por sector. No obstante, sus pactos diplomáticos han sido beneficiosos. Sus ciudadanos son libres de vivir y trabajar en la UE y las multinacionales suizas disfrutan de acceso completo al mercado europeo. Los suizos tienen más libertad que los noruegos al momento de rechazar la legislación de la UE. El límite de horas trabajadas no aplica en Suiza ni algunos acuerdos en materia de impuestos. El lado gris de esta independencia es un sentimiento de inseguridad en relación con que los negocios suizos puedan estar perdiendo competitividad debido a su exacerbado proteccionismo. Los bienes y servicios son mucho más caros en Suiza que en la UE y el crecimiento de ese país ha bajado recientemente.
No parece factible que Suiza o Noruega se integren a la UE, al menos a corto plazo. Pero, a largo, la historia parece apuntar a otro lado. La Asociación Europea de Libre Comercio, a la cual pertenecen cuatro países (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein), antes tenía más integrantes, que fueron renunciando para pertenecer a la UE. Algunos analistas piensan que será solo cuestión de tiempo para que este ente desaparezca. Pero también es posible otro rumbo. Próximamente se llevarán a cabo consultas en los diferentes países de la UE para aprobar o no la Constitución; quienes la rechacen tendrán el derecho a quedarse en la organización, pero si son una pequeña minoría, tendrán que negociar otro tipo de relación. Y si esto sucede, los suizos y noruegos terminarán como modelos a seguir, más que como excepciones excéntricas.
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Este es el resumen del artículo "La opción noruega" publicado en Octubre 09, 2004 en la revista The Economist.
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