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Adiós al dólar |
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| Recientemente, el presidente de Cuba, Fidel Castro, prohibió la circulación del dólar en la isla, presionando a sus nacionales a cambiar la moneda que tuvieran a pesos convertibles (pagando por esta transacción 10% de comisión).
La introducción del dólar como la moneda de curso legal en 1993, conjuntamente con la flexibilización de algunas medidas destinadas a las empresas privadas, fue una medida de emergencia para ayudar al país una vez que desaparecieron los subsidios desde la Unión Soviética. A diferencia de muchos observadores cubanos esperanzados, Castro siempre vio estas medidas como temporales. Así el retiro del dólar es sólo el último paso de un proceso que ya se había iniciado (las monedas estadounidenses se sacaron de circulación en octubre del 2001, y el año pasado las empresas estatales fueron obligadas a usar sólo pesos convertibles). Las restricciones para el empresariado se han hecho cada vez más duras. Muestra de ello fue la paralización de las licencias para pequeños negocios hace un mes.
Este último movimiento de Castro parece diseñado para reabastecer las reservas de dólares del Gobierno y para reafimar su autoridad sobre el sistema financiero. De hecho, tiene cierta coherencia. No es fácil llevar a cabo una política monetaria en un sistema de moneda dual, cuando el país que emite una de las monedas está haciendo lo imposible para impedir la adquisición de cosas. Bajo el embargo económico estadounidense de cuatro décadas, sólo el Tesoro puede permitir el uso de dólares en transacciones con Cuba.
Pero esto también significa que otra vez Castro tiene la excusa de usar el embargo como pretexto para imponer nuevas restricciones a su gente. Como parte de lo que él llama “la guerra imperialista económica", Castro citó la multa que la Reserva Federal impuso a UBS, un banco suizo, en mayo, por transferir ilegalmente dólares frescos impresos a Cuba. De acuerdo con algunos análisis, este evento haría más difícil a Cuba renovar sus existencias de dólares en circulación. Horas antes del anuncio de Castro, el Tesoro había anunciado sanciones a Sercuba, una empresa con oficinas en Cuba y Europa que permite a los estadounidenses enviar dinero a Cuba vía la Internet. Tales sanciones hacen más fácil la imposición de la poco popular medida del retiro del dólar: culpar a Estados Unidos. Es sólo otro ejemplo de cómo, lejos de minar a Castro, el embargo ha sido de forma consistente su sostén político más grande.
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Este es el resumen del artículo "Adiós al dólar" publicado en Octubre 30, 2004 en la revista The Economist.
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