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Demasiado fuerte para ser cómodo | 
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| Estos son buenos días para las monedas de los países de Europa Central, pero un poco incómodos para sus bancos centrales. Recientemente, las autoridades eslovacas han tenido mucho trabajo. La koruna ha aumentado 9% frente al euro desde principios de 2004, lo que ha causado que el Banco Central se haya visto en la necesidad de intervenir para mantener la moneda abajo. Hasta ahora, no lo ha logrado, a pesar del corte en las tasas de interés realizado el 28 de febrero.
Otras monedas de Europa Central han revivido. El zloty polaco creció el año pasado 15% frente al euro (y 25% frente al dólar), y se ha mantenido en alza este año. Esto ha obligado al Banco Central a cambiar su política monetaria. Por su parte, en la República Checa, una emergente koruna ha forzado al Banco Central a revertir su política: en enero, las tasas fueron recortadas en un cuarto.
La razón principal del fortalecimiento de dichas monedas es un flujo a corto plazo de capital, atraído por la promesa de que pronto entrarán en la “zona euro”; pero también las bajas tasas de interés. David Lubin, economista de HSBC, señala que por primera vez en 20 años, las tasas de interés en el “área euro” han sido negativas.
Esto es divertido para los bancos centrales de la región. Por una parte, el fortalecimiento de las monedas a permitido frenar la inflación; pero, por la otra, amenaza con desacelerar las exportaciones a la “zona euro”, el principal mercado de Europa Central.
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Este es el resumen del artículo "Demasiado fuerte para ser cómodo" publicado en Marzo 05, 2005 en la revista The Economist.
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