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Reyes del istmo | 
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| Brasileños, colombianos y venezolanos se vuelcan a Centroamérica, pero el istmo seguirá dominado por las empresas mexicanas. Ese poderío mexicano es fenomenal e incontestable. Sólo en Guatemala, unas 150 compañías mexicanas han invertido US$ 1.800 millones en la última década, de acuerdo al Banco de Comercio Exterior de México. “Los mexicanos son quienes completan el concepto de IED: se instalan, se expanden y toman posición de mercado”, dice Liliana Ganso, profesora de la Escuela Latinoamericana de Alta Dirección (Elad). “ Tienen la misma visión de la IED bien hecha que los estadounidenses”.
Negocios más firmes de compañías brasileñas ya están siendo protagonizados por firmas como la energética Alusa, que participa en una licitación de tendido eléctrico por US$ 4.500 millones que unirá México con el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central y en una red para transmisión en Panamá. Asociada a la constructora Queiroz Galvão, disputará también la licitación para tender 2.000 km de líneas eléctricas entre Panamá y Guatemala. “Fuimos [a Centroamérica] para ganar esta licitación”, dice Guilherme Godoy, director comercial de Alusa. Hasta ahora, los brasileños han evitado los sectores donde el dominio mexicano es claro. Sólo InBev mantiene dura competencia con otras grandes empresas, como la colombiana Bavaria, la sudafricana SAB, las cerveceras centroamericanas y la mexicana Grupo Modelo. Por lo demás, todo ha quedado bajo la égida del nuevo imperio azteca.
Precisamente, si volumen es lo que marca la gran distancia entre mexicanos y brasileños más lo hace con Venezuela y Colombia, dos inversionistas emergentes en el istmo. Los empresarios venezolanos comenzaron a mirar con decisión hacia Centroamérica tras la crisis de 2002, pero su IED aún es diminuta. Colombia está también en la primera etapa de la IED –el envío de exportaciones, que antecede a la instalación de filiales– motivada por la caída de su demanda interna, el crecimiento de la oferta exportable y la volatilidad de Venezuela y Ecuador, dos de sus mayores destinos de ventas.
A Colombia habrá que seguirla con atención. Aunque las ventas a Centroamérica son todavía modestas en volumen (US$ 534 millones en 2003, apenas el 3% del total de las exportaciones), sus despachos de productos de mayor valor están creciendo significativamente. “A diferencia de lo que enviamos a Estados Unidos o a la Unión Europea, alrededor de un 85% de nuestra canasta exportadora a Centroamérica son productos no tradicionales”, dice Luis Plata, presidente de Proexport, dependencia estatal que promueve el comercio internacional. “Esto hace a la región la mayor receptora de productos colombianos de valor agregado, después de la Comunidad Andina de Naciones (CAN)”.
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Este es el resumen del artículo "Reyes del istmo" publicado en Mayo 2005 en la revista América Economía.
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