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Más ancho, más lejos | 
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| Poco después de asumir el gobierno, en 2003, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva llamó a Luiz Fernando Furlan, su ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, y le hizo dos pedidos. Quería ver más y mayores multinacionales brasileñas y quería aumentar las exportaciones muy por sobre los niveles de años anteriores. El deseo de Lula era ver un Brasil más internacional, abierto a la economía global y no sólo enfocado a su mercado doméstico, que, aunque inmenso, está sujeto a las turbulencias y a la competencia extranjera.
Furlan siguió la determinación del presidente y, desde entonces, se transformó en embajador de la internacionalización de Brasil. Incansable, en estos dos años y medio de gobierno Furlan ha participado en más de 10 misiones comerciales y ha hecho 87 viajes a más de 60 países. En total, estuvo 310 días fuera del país, o, lo que es lo mismo, uno de cada tres de su mandato. En entrevista con AméricaEconomía, Furlan asume que tiene prisa, como un centrodelantero seco de gol. “A diferencia del sector privado, aquí jugamos contra el tiempo”, dice. “Estamos en el segundo tiempo, y si no ganamos este juego, no hay partido de revancha”.
La táctica de exoneración de inversiones y apertura de líneas de crédito mostró buenos resultados al analizar algunas de las mayores empresas privadas brasileñas, que crecen y se internacionalizan por sobre el promedio de sus competidores regionales. Entre los rankings 2004 y 2005, la minera Companhia Vale do Rio Doce saltó de la posición 18 a la 8 y registró un aumento del 54% en las ventas. La siderúrgica Gerdau pasó del número 32 al 15, con un 15% más de facturación. Pero los ingresos más brillantes son los del fabricante de aviones Embraer, que subió de la posición 87 a la 43, aumentando un 69% sus ventas.
Para estimular las exportaciones, el gobierno de Lula adoptó medidas como la apertura en el extranjero de centros de distribución de productos brasileños y la exoneración de impuestos a las empresas que destinaran parte de su producción al mercado externo. En 2004, Brasil exportó 32% más que durante el año previo, que ya había sido 21% superior a 2002. Entre 1996 y 2002, las colocaciones externas fueron, en promedio, de US$ 53.000 millones por año; en 2004 saltaron a U$ 96.000 millones. El proyecto Brasil Exportador, lanzado en 2003, preveía exportar U$ 100.000 millones para fines de 2006. La meta se alcanzó en febrero pasado, es decir, 22 meses antes de lo previsto.
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Este es el resumen del artículo "Más ancho, más lejos" publicado en Agosto 2005 en la revista América Economía.
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