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¿Colisión en el aire? | 
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| Los negocios siempre traen sorpresas y no fue diferente el último 25 de julio, cuando los medios de comunicación mexicanos anunciaron el nacimiento de Vuela, una nueva compañía aérea que operará con el sistema de bajos costos, bajas tarifas. Detrás de este proyecto están nada menos que Sinca Inbursa, una sociedad financiera del magnate Carlos Slim; el conglomerado de comunicación Televisa; Taca, la mayor compañía aérea centroamericana, y el fondo de inversión Discovery Americas I, dirigido por Pedro Aspe, ex-secretario de Hacienda de México. La nueva empresa, que exigirá una inversión inicial de US$ 100 millones, comenzará a volar en el primer semestre de 2006. Pero Vuela sabe que no está sola en la pista de despegue. Seis proyectos de compañías del sistema bajo costo pidieron permiso para operar en México. Una de ellas, ABC/Interjet, ya encomendó 10 aviones A320 al fabricante europeo Airbus.
Las nuevas quieren repetir el éxito de la brasileña Gol Aerolíneas, la primera gran compañía aérea de bajo costo de América Latina. Gol comenzó a volar en 2001 con seis aviones y prevé terminar 2005 con 42 aeronaves. Ya está uniendo Brasil con Argentina, llegará a Montevideo, Asunción y Santa Cruz de la Sierra antes de fin de año y abrirá una operación en México. En el segundo trimestre de este año, Gol facturó US$ 234 millones, un 26% más que en el mismo período de 2004.
En todo caso, el modelo de Gol y de las nuevas compañías nacidas en México es una copia idéntica de las low cost norteamericanas y europeas. Por ejemplo, no suelen usar aeropuertos principales y vuelan punto a punto, sin conexiones. Tampoco tienen servicio de a bordo, cobran por cualquier exceso de equipaje, algunas no reservan asientos, emplean casi el mismo personal en tierra que en el aire y venden la mayoría de sus pasajes por internet.
No hay magia en el crecimiento de las low cost. Ellas tienen mayor productividad que las aerolíneas tradicionales, pues sus aviones vuelan más horas y con más pasajeros. Las norteamericanas, por ejemplo, rondan una ocupación del 80% al 85% y Gol cerró junio con un 73%. Pero si no mantienen ese desempeño, pueden sufrir el aumento del precio del petróleo más que las grandes compañías. Eso sin decir que, por excesiva tributación, las compañías aéreas de la región pagan hasta un 20% más por el combustible que sus competidores en Estados Unidos y en Europa.
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Este es el resumen del artículo "¿Colisión en el aire?" publicado en Septiembre 2005 en la revista América Economía.
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