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Peligro explosivo | 
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| En su intento por eliminar los "poderes oligárquicos" para implantar su modelo de sociedad, el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, está acabando con PDVSA, la empresa petrolera más grande de América Latina, para crear una compañía pequeña, que se baste para producir crudo y sea dirigida por el gobierno. El paro nacional que se desarrolló en los meses de diciembre y enero le allanaron el camino para tomar el control de la estatal y despedir a 16 mil trabajadores que apoyaron la medida. Alí Rodríguez, presidente de PDVSA reubicó al personal que quedó y contrató algunos técnicos extranjeros, mientras numeroso personal de baja calificación fue promovido a cargos de elevada responsabilidad.
Ahora el gobierno asegura estar próximo a cumplir con la cuota impuesta por la OPEP de de 2,8 millones de barriles diarios. Pero nadie cree en sus cifras, dado que las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela no han crecido y tampoco han sido declarados ingresos fiscales por los US$ 800 millones que corresponderían a la producción. Adicionalmente, si fuera cierto, no tendría sentido un rígido control de cambios como el implementado.
PDVSA, que se erigía como una organización competitiva y potenciadora del desarrollo nacional, ha perdido el 13% de su capacidad productiva mientras que la rentabilidad de sus pozos se reduce un 23% promedio por año. Su facturación podría caer en más de US$ 6.000 millones y se estima que su pasivo alcanza ya los US$ 11 mil millones, un 40% más que en 1999. Menos producción, menos dinero, más problemas. Y a la par Chávez con la intención de una alianza con capitales extranjeros, neutrales en política. Entre las salidas a esta coyuntura se ha ofrecido a varias petroleras la operación de pozos y la explotación de dos nuevos campos sin ningún acuerdo todavía. Así como la venta de las operaciones internacionales de Pdvsa en Europa, el Caribe y EE.UU., (Citgo, subsidiaria estadounidense, incluida). Esta acción que tiene como único límite la prohibición constitucional de vender la petrolera, cuenta como siempre con el trabajo de los seguidores chavistas de buscar interpretaciones convenientes al texto.
El no a la privatización ha sido el lema del gobierno de Chávez. Contradictoriamente, la privatización está ocurriendo, se trata de un desmantelamiento de la industria que depende como tabla de salvación del aporte de petroleras extranjeras.
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Este es el resumen del artículo "Peligro explosivo" publicado en Abril 2003 en la revista América Economía.
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