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Construyendo una nueva Irak |
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| Ahora que la guerra en Irak ha finalizado, se requiere una especial atención para ganar la paz. Básicamente se trata de tres tareas: 1) reparar el daño hecho a las Naciones Unidas particularmente las relaciones entre Estados Unidos y Francia, Alemania y Rusia; 2) asegurar una solución de la disputa entre Israel y los palestinos; y 3) por encima de todo, reconstruir a Irak. El cómo la historia juzgará esta guerra dependerá de la vida que puedan llevar a cabo los iraquíes ahora sin el dominio de Saddam Hussein y del próximo gobierno que ostente esta nación. Crear una democracia próspera es un reto que podría cambiar el oriente medio más que cualquier otro factor.
La reconstrucción podría ser difícil, considerando las tensiones existentes entre las fuerzas de la coalición y otras naciones, a lo cual se suma la incertidumbre del rol que tendrán algunas organizaciones internacionales como las Naciones Unidas y el Banco Mundial. En el proceso se debe tener en cuanta que las reformas políticas y económicas están estrechamente unidas y una no puede darse sin la otra. Aunque la creación de un sistema democrático es una de las principales metas, importa más que el mismo sea efectivo y se instaure rápidamente para luchar contra los peligros de una nación llena de diversidades y de conflictos étnicos y religiosos.
En lo que respecta a la economía, Irak necesita una nueva moneda en parte como símbolo del cambio del régimen. La ayuda internacional no debería ser la prioridad, dada su riqueza petrolera, sino el manejo adecuado de ésta en beneficio de su población. Este camino tiene como peligros que el petróleo resulte expropiado por los nuevos líderes o que quede bajo el poder de los países ocupantes. Ante esta posibilidad deberían emprenderse debates serios o pensar en dejar la custodia de la producción en manos de una instancia mundial hasta que el país demuestre su capacidad para gerenciarla y pueda pagar su deuda externa.
Apartando lo que se haga con el petróleo, la deuda necesita ser reducida rápidamente a niveles manejables. Las cuentas de indemnización contraídas por Irak después de la invasión a Kuwait, deberían ser obviadas, tal como se hizo con Alemania después de la Primera Guerra Mundial. No cabría pensar que puede haber mayor peso para Irak que empezar una nueva vida bajo la pesada carga financiera producto de los pecados de Hussein.
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Este es el resumen del artículo "Construyendo una nueva Irak" publicado en Abril 19, 2003 en la revista The Economist.
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