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A media máquina | 
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| Tres meses después del paso del huracán Wilma sobre Cancún, el mayor centro turístico de México está funcionando a media máquina. La ciudad se ve normal, con los servicios funcionando y casi todos los negocio abiertos de nuevo. Pero la importante “zona de los hoteles” quedó devastada.
Según Javier Aranda, funcionario local de turismo, cerca de 11.000 de las 27.500 habitaciones hoteleras de Cancún están en funcionamiento. Sin embargo, la mayoría están ubicadas en hoteles baratos. La “zona de los hoteles”, que fue la más castigada por el huracán, permanece cerrada en 90%. Sólo está abierta una discoteca. Varios centros comerciales están cerrados por falta de clientes. Y los que están abiertos están funcionando a un tercio de su capacidad.
Aparte de los US$ 2 mil millones en reparaciones, Aranda calcula que Wilma le está costando US$ 150 millones en pérdidas al sector turístico de la zona. Lo más sorprendente es que sólo algunas de las 300.000 personas que trabajaban en el área del turismo están desempleadas. Los trabajadores de las grandes cadenas han sido trasladados a hoteles ubicados en otros lugares. Otros han conseguido trabajo en el área de la construcción.
La reconstrucción comenzó lentamente debido al retrazo de los seguros, pero ahora marcha rápidamente. Sólo 30% del dinero que se le debe a los negocios ha sido pagado. Muchos hoteles están aprovechando la oportunidad para hace remodelaciones. El gobierno mexicano está contribuyendo con US$ 20 millones para traer arena y rellenar las playas de Cancún, que fueron arrasadas por el huracán.
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Este es el resumen del artículo "A media máquina" publicado en Enero 28, 2006 en la revista The Economist.
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