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El perdón de los pecados | 
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| En sus dos siglos de historia independiente, las naciones de América Latina habían sido incapaces de emitir bonos de largo plazo denominados en su moneda local. Cuando requerían financiamiento a largo plazo, siempre tuvieron que pedir prestada moneda extranjera o simplemente, oro. Una realidad que dejó a este grupo de naciones independientes tomar una opción entre dos complicadas alternativas: enfrentar el doloroso riesgo cambiario o depender del financiamiento local, famoso por su foco en el corto plazo.
La buena noticia es que muchos países latinoamericanos y corporaciones han logrado emitir bonos de largo plazo denominados en sus propias monedas. La velocidad que ha tomado el desarrollo de los mercados de bonos locales es realmente estimulante. Brasil, México y Perú han hecho exitosas emisiones de bonos en reales, pesos y nuevos soles. Los compradores de esos bonos han sido fondos de pensiones, fondos mutuos e inversionistas internacionales de portafolio.
La emergencia de un mercado viable para los bonos en moneda doméstica en los mercados de capitales locales, con liquidez y con precios de cotización diaria, es importante por sus propios méritos, pero también por una razón más técnica: los swaps de tasa de interés y swaps de divisas de largo plazo ahora son posibles.
El advenimiento de los mercados de bonos locales y los swaps de largo plazo pueden sonar como pequeños desarrollos, pero de hecho son gigantescos pasos hacia el futuro. Claro, para algunos hablar de swaps de largo plazo puede sonar arcano, o simplemente como un nuevo gadget que sólo a un nerd de las finanzas le preocuparía. Pero su importancia real se está haciendo muy obvia en América Latina.
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Este es el resumen del artículo "El perdón de los pecados" publicado en Mayo 2006 en la revista América Economía.
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