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Un ladrillo a la vez



Revista: Fortune
Tema: Empresas
Fecha: Junio 12, 2006
Autor(es): Nelson D. Schwartz
Lamentablemente, un buen juguete no es lo mismo que una gran compañía de juguetes. Fue así como en los años noventa, con los niños cambiando sus juguetes tradicionales por videojuegos y computadoras, Lego perdió el camino. Aún dirigida mayoritariamente por los herederos de su fundador, Lego trató de expandir su negocio al máximo, desde ropa y juegos de computadora hasta parques temáticos en Estados Unidos y Europa. Pero para 2004, Lego perdía cientos de millones al año.

Pero hace un año y medio, Jorgen Vig Knudstorp, un danés de 37 años de edad, que combina la modestia escandinava con el interés por el dinero de los estadounidenses, entró como CEO de Lego. Su tarea se centró inmediatamente en dirigir una compañía moribunda en un mundo dominado por las PlayStations y los iPods. Desde su entrada, el ex consultor de McKinsey ha hecho algo más que recortar puestos de trabajo (1.000 sólo en Billund, tierra natal de Lego) y subcontratar mano de obra barata en países como la República Checa.

El primer líder de Lego que no pertenece a la familia del fundador ha cambiado además la cultura corporativa de la compañía. Su prioridad ya no es “educar a los niños” (como reza la misión de Lego) sino “hacer dinero para la compañía”. Esto puede sonar obvio para cualquier estadounidense, pero para la tranquila Billund, con una población de 6.500 habitantes (que han visto a Lego como empleador y paterfamilias), es un escándalo. La revolución cultural de Knudstorp ha llegado incluso a los equipos de diseño de la Lego. El tiempo de desarrollo de los nuevos juguetes ha sido recortado a la mitad, así que el proceso que va desde la concepción hasta el empaquetado dura tan sólo 12 meses.

Pero también se han llevado a cabo recortes más serios, como vender el verano pasado los parques temáticos por casi US$ 500 millones, y reducir la fuerza laboral de Lego de 7.300, en 2004, a 5.300, hoy en día. Los esfuerzos de Knudstorp parecen estar rindiendo sus frutos. La compañía logró el año pasado ganancias netas de US$ 87 millones, después de perder más de US$ 300 millones en 2004. Por otra parte, los ingresos aumentaron 12% hasta US$ 1,2 mil millones.




Este es el resumen del artículo "Un ladrillo a la vez" publicado en Junio 12, 2006 en la revista Fortune.

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