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Galletas y responsabilidad social |
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| Patricia Karter, CEO de Dancing Deer Baking, está acostumbrada a escuchar cómo los clientes alaban los dulces completamente naturales de su compañía. También suele oír que los clientes alaban su programa de filantropía de US$ 8 millones, sus empaques reciclados y su compromiso con sus 65 empleados. Además, ella cree que todas las compañías deberían hacer lo mismo.
“Hemos creado una marca con importantes valores”, señala Karter. “Pero Dancing Deer no es lo suficientemente grande como para ser una gran influencia en lo social y económico”. Esta es la razón por la que Karter está decidida a expandirse sin dejar de lado sus principios. Ya ha convertido a Dancing Deer en un negocio rentable.
Karter aún evita los ingredientes artificiales, y sus empleados reciben la opción de comprar acciones así como almuerzos gratuitos. Cerca de 35% de las ganancias provenientes de la línea Sweet Home son destinados a instituciones de caridad. Y, si bien es cierto que pronto la compañía necesitará mucho más espacio, Dancing Deer se mantendrá en el modesto barrio de Roxbury.
Pero en estos momentos la prioridad es crecer. Y para lograrlo, Karter le vendió en 2005 10% de Dancing Deer a Christopher Gabrieli, uno de los directores de Ironwood Capital.
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Este es el resumen del artículo "Galletas y responsabilidad social" publicado en Agosto 21, 2006 en la revista Business Week.
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