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En retroceso | 
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| El anuncio que hizo la Ford el 18 de agosto de que recortaría 21% de su producción en el cuarto trimestre del año demuestra lo desesperada que está la compañía. El tercer fabricante de automóviles del mundo ha estado tratando durante cuatro años de mejorar su situación económica, pero sin mayores resultados. En la primera mitad de este año, las pérdidas llegaron a US$ 1,3 mil millones, tras tres años de recuperación. Lo único positivo sobre el anuncio es que, aparentemente, la compañía está empezando a encarar la realidad.
El problema central de la Ford es que las ventas de camionetas y automóviles de gran tamaño (de donde obtiene el grueso de sus ganancias) se han reducido. Dado los altos precios del petróleo, los consumidores están más interesados en automóviles más económicos.
Desde que en 2001 tuvo pérdidas de US$ 5,5 mil millones, Ford ha implementado varios planes de recuperación, que incluyen el cierre de fábricas y el recorte de empleos; pero ninguno ha sido exitoso. Por otra parte, la porción de mercado de la Ford en Estados Unidos se está reduciendo cada vez más.
Los expertos en la materia reconocen que la principal debilidad de la Ford es su pobre desarrollo de productos. De hecho, a la compañía le toma entre tres y cuatro años en lanzar un nuevo modelo. Esto le ha abierto el camino no sólo a General Motors y Chrysler, sino a las “tres grandes” de Japón (Toyota, Nissan y Honda), y a Hyundai, de Corea del Sur.
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Este es el resumen del artículo "En retroceso" publicado en Agosto 26, 2006 en la revista The Economist.
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