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Todo lo viejo es otra vez nuevo | 
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| En la planta de Caterpillar ubicada en Corinth, un pequeño pueblo al noreste del estado de Missouri, todo se ve normal, excepto que la línea de ensamblaje va más lento y en reversa. De hecho, en esta planta no se arman cosas sino que se desarman.
Todos los días, cerca de 17 camiones usados son recibidos en la fábrica y son desarmados a mano. Para desarmar un motor hacen falta dos trabajadores rodeados de baldes en los que van echando hasta el último componente del mismo. No se debe perder nada porque hasta el más pequeño tornillo será utilizado para ensamblar otro motor “como nuevo”. “Si pierden algo, estarán botando dinero”, señala el gerente de la fábrica, Tony Miller.
Este es el comienzo de un proceso llamado refabricación y que muchas compañías los están adoptando: General Electric, Xerox, pequeñas compañías como Interface y compañías relacionadas con el mundo petrolero, como Hanover Compressor. Pero nadie ha adoptado este método como lo ha hecho Caterpillar.
Todas estas compañías piden de vuelta sus productos después de que han sido utilizados después de uno más ciclos de vida. Luego, son reconstruidos con materiales en esencia gratuitos. Los productos refabricados puede costar la mitad que los nuevos, y el negocio puede ser realmente rentable para la compañías que lo saben hacer bien.
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Este es el resumen del artículo "Todo lo viejo es otra vez nuevo" publicado en Septiembre 25, 2006 en la revista Business Week.
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