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Novartis | 
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| El CEO y presidente de Novartis, Daniel L. Vasella, no permite un no como respuesta. Se ha propuesto llevar a esta empresa de origen suizo a ser uno de los líderes del mercado y lo está logrando. Uno de sus éxitos es haber erigido un centro de investigaciones en Cambridge, Estados Unidos, dedicado a los avances en medicamentos para combatir enfermedades como afecciones cardiovasculares, cáncer y diabetes, entre otras. Su primer paso fue generar un aura de respeto hacia Novartis como empresa surgida de la fusión de Sandoz Ltd. y Ciba-Geigy (hasta hace dos años era vista como un gigante europeo sin la capacidad de ventas para incursionar en el mercado norteamericano). Para ello, dedicó una gran inversión en investigación y desarrollo para lanzar en mayo del 2001 a Glivec, una de las terapias más efectivas contra el cáncer conocida hasta ahora, posicionando así a Novartis como una de las principales potencias en la industria de los fármacos.
El éxito de Glivec fue el punto de partida para la próxima fase: crear una máquina de rentabilidad. A mediados de abril, Novartis reportó un aumento de 24% en sus ganancias operativas del primer trimestre, de US$ 1,4 mil millones en ventas a US$ 5,7 mil millones. Tales cifras fueron expresadas en dólares y no como habitualmente se hacía en francos suizos, como una muestra de la clara intención de la empresa de ingresar a la competencia en el segmento norteamericano.
Ahora para la tercera etapa, Vasella se plantea consolidar a Novartis en la cima de los gigantes farmacéuticos (el puesto número seis que ostenta en el ranking es bueno, pero más descubrimientos como Glivec la llevarían más arriba). Eso supone un portafolio de nuevos descubrimientos, bien sea producidos en su centro de investigaciones o comprados a otros competidores, para lo cual la empresa tiene suficientes recursos.
Las adquisiciones y asociaciones estratégicas son parte de la estrategia que ha empleado Vasella. Schering-Plough Corp., por ejemplo, tiene los derechos exclusivos de venta en Estados Unidos del Foradil de Novartis (para el asma). Y la empresa compró además Idenix Pharmaceuticals Inc. lo cual le da acceso a una línea de nuevas drogas para tratar la hepatitis B y C. Pero Novartis apunta todavía a otro blanco que la convertiría en la segunda empresa más grande del planeta, detrás de Pfizer: el grupo Roche. Esta unión le daría ventas por más de US$ 45 mil millones y cerca de un 7% del mercado total, además de un inmenso potencial de investigación y desarrollo. Aunque los accionistas de esta empresa se han negado a la idea, Vasella está determinado a conseguirlo.
Vasella ve en Estados Unidos el destino vital de la empresa, por esta razón ha fortalecido la labor de investigación en el país, el cual considera, tiene un mejor ambiente científico y regulatorio que cualquiera de Europa. Sólo para este año, proyecta aumentar en 20% la inversión en nuevos avances. Aunque sabe que ello supondría cierta presión sobre los márgenes de ganancia, admite que es inevitable si Novartis quiere mantenerse a la vanguardia de la innovación. Su mayor reto será impulsar las ventas de los nuevos fármacos para cubrir los desembolsos en investigación.
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Este es el resumen del artículo "Novartis" publicado en Mayo 26, 2003 en la revista Business Week.
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