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Construya su capital organizacional



Revista: Strategy + Business
Tema: Organización
Fecha: Verano 2003
Sucede con frecuencia que un empleado propone nuevas alternativas para abordar las viejas tareas o emprender las nuevas, y siente que puede en algún momento tener el control de la dirección de los procesos. Pero de repente, se encuentra de frente con el sistema de defensa de la organización, que puede hacer ver al innovador como la esperanza de un cambio positivo o como una especie de invasor extraterrestre, en cuyo último caso y bajo la decepción, la persona sale de la empresa sin poder recuperarse del sentimiento de frustración.

Pero si se mira con detenimiento, el problema no tiene que ver con la resistencia al cambio dentro de la organización sino con los factores ocultos de la satisfacción laboral individual. El asunto no es la remuneración u otro ingrediente tangible, sino el sentimiento de saberse tratado como una persona que puede hacer contribuciones únicas y no como un objeto de fácil reemplazo. Es un problema complejo que incluye lo que siente la persona sobre su trabajo, sobre su organización y sobre los límites de su carrera, y que depende del valor que un individuo asigna a sí mismo. Para comprender este acercamiento, es necesario tomar en cuenta algunas consideraciones.

Las organizaciones tienden a clasificar a sus empleados en dos grupos según la jerarquía. La directiva o alta gerencia, cuyas necesidades y prioridades definen la misión de la empresa. Y el resto de los empleados, generalmente un 95%, son vistos (aunque no lo sean) como reemplazables. La alta gerencia en la mayoría de los casos define el status quo. El reto para el resto de los empleados es no protestar contra la existencia de este grupo y ser más consciente de sus valores e influencia. No obstante existe una manera para hacerse oír, que permite a la gente de cualquier nivel de la organización actuar con inteligencia para conseguir lo que desea y lo que cree que es lo mejor para la empresa. Se trata del capital individual en la organización, un atributo que la persona puede construir por sí misma, que incrementa su influencia y le ayuda a alcanzar los sueños. Es una especie de patrimonio acumulado, que incluye formas como interrelaciones sociales o reputación. Existen muchos tipos de capital que el individuo puede acumular, entre los cuales están:

- Capital financiero funcional. ¿Puede acumular, mediante ahorros u otros medios, suficiente dinero para irse de la empresa si no puede adaptarse a las regulaciones de la alta gerencia? ¿O puede acumular recursos para invertir en su desarrollo personal aun cuando su empleado no lo haga? Disponer de estos recursos hace más fácil la vida dentro de la organización, ya que le hace sentir que permanece en ella por interés y no por dependencia económica.

- Capital foráneo. La habilidad para hacer dinero o impulsar negocios es otra forma de capital que depende en parte de los contactos que se tengan fuera de la organización y que otorga cierto status y respeto.

- Capital por credencial. Una vez que se logra una posición o se adquiere la denominación de un cargo, el rasgo permanece con la persona. Quienes han sido presidentes de empresas pueden llegar a ser presidentes otra vez. Quienes tienen títulos académicos en algún campo, estarán calificados de por vida a ser empleados en esos campos.

- Capital de reputación. Las personas que tienen cierto ingenio o son reconocidos y alabados (abogados, consultores y escritores por ejemplo) conocen el valor de este capital.

- Capital por interrelaciones. Algunas personas no tienen problemas cuando se trata de ensanchar su espectro de conocidos o amigos. Las relaciones con la gente originan más relaciones.

- Capital por capacidad. Probablemente el capital que mejor funciona para el individuo es la habilidad para ganar mayores habilidades y lograr más capacidad para hacer las cosas. Esto se debe a que acelera a la vez la acumulación de todas las otras formas de capital. La mayoría de las lecturas de aprendizaje organizacional y la literatura de inteligencia emocional tiene que ver con la construcción de las capacidades.

Algunas formas de capital social se pueden medir, otras no, pero cualquiera sea la forma que tome, tiene dos rasgos clave. Primero, le otorga poder e influencia en una organización. Segundo, se acumula exponencialmente, la dinámica emocional crece de la misma manera que una cuenta de ahorros se incrementa mediante intereses.




Este es el resumen del artículo "Construya su capital organizacional" publicado en Verano 2003 en la revista Strategy + Business.

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