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Comida contra combustible



Revista: Business Week
Tema: Industria de energía y petróleo
Fecha: Febrero 05, 2007
Autor(es): John Carey et al.
El maíz está enfrascado en una guerra entre las plantas de etanol y los alimentos, una de las primeras señales de que vendrá una transformación agrícola y un cambio económico global. Desde que nuestros ancestros descubrieron cómo sembrar granos, los cultivos han sido utilizados principalmente para alimentar a la gente y al ganado. Pero esto está cambiando debido a los altos precios del petróleo y al problema del recalentamiento global. Las granjas son la “esperanza verde” del sector energético.

De hecho, tanto demócratas como republicanos están apoyando el desarrollo de biocombustibles. En su discurso del 23 de enero ante el Congreso, el presidente George Bush abogó por la producción de 35 mil millones de galones de biocombustibles en 10 años; es decir, lo suficiente como para remplazar 15% de la gasolina utilizada por los vehículos estadounidenses. Y el congreso está revisando medidas para apoyar la producción de 60 mil millones de galones en 2030. Además, este fenómeno se está reproduciendo tanto en Europa como en Japón.

Las consecuencias, aún inciertas, son imposibles de ignorar. De acuerdo con los cálculos más optimistas, remplazar el consumo de gasolina de Estados Unidos con biocombustibles supondrá la siembra de 50 millones más de acres. Lograr la meta impuesta por Bush no es viable, porque significaría 80 millones más de acres de maíz. Los biocombustibles se están volviendo una amenaza para la alimentación humana y del ganando.

Además, los biocombustibles generarán un cambio permanente en la economía agrícola. “La gente está acostumbrada a que el saco de maíz cueste $2. Pero esto ya no será así”, asegura Bob Dinnen, presidente de la Asociación de Combustibles Renovables. El alza de los precios del maíz ya está incidiendo en la economía. De hecho, alimentos como las tortillas y las carnes ya están aumentando de precio. Según los criadores de pollos, la industria está pagando un incremento anual de US$ 1,5 mil millones anuales en alimentación. “En definitiva, estos costos pasarán al consumidor, y habrá una gran inflación en el sector alimentos”, señala William Lapp, presiden de Advance Economic Solutions.




Este es el resumen del artículo "Comida contra combustible" publicado en Febrero 05, 2007 en la revista Business Week.

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