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Cuando la tormenta de ideas no funciona |
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| La sola mención de una tormenta de ideas genera las peores reacciones en la mayoría de las oficinas. Pero lo que hoy en día se conoce como tormenta de ideas no tiene nada que ver con una tormenta de ideas. “Hoy en día, una tormenta de ideas puede ser una discusión, un debate o una idea loca”, señala Scott Isaksen, fundador de Creative Solving Group, en Buffalo, Nueva York. “Se suele abusar de dicho término”. A continuación, tres errores que se suelen cometer en las tormentas de ideas.
1. Falta un facilitador entrenado: una de las claves de la tormenta de ideas es designar un facilitador que guíe las sesiones. Pero la mayoría de las tormentas de ideas son encabezadas por alguien que no conoce bien el proceso o por un gerente interesado en obtener un determinado resultado. Es importante que ciertos empleados se entrenen como facilitadores. Muchas firmas imparten clases de este tipo.
2. Falta de reglas: de nada sirve un facilitador si no hay reglas. La crítica de las ideas debe ser diferida hasta después de la sesión. Y cada tormenta de ideas debe durar no más de 45 minutos. Además, es importante que el facilitador mantenga al grupo dentro de los límites del proceso.
3. Participantes no preparados: se le suele pedir a los participantes de las tormentas de ideas que comiencen desde cero. Pero es mejor que cada quien se prepare por adelantado para que los jugos creativos fluyan mejor. Si no hay tiempo para prepararse de antemano, lo mejor es calentar el grupo con un ejercicio que encienda la creatividad.
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Este es el resumen del artículo "Cuando la tormenta de ideas no funciona" publicado en Octubre 2006 en la revista Business 2.0.
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