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El corazón de una empresa | 
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| De todas las motivaciones para iniciar una empresa, el amor y el temor, pueden ser las más poderosas. Kenny Kramm, es el fundador y CEO de FlavorX Inc., una empresa de US$ 5,7 millones, en plena expansión con base Bethesda, Maryland. Su reto empezó cuando ya casado, trabajaba en la farmacia de la familia, detrás del mostrador atendiendo diariamente a la clientela. A los 29 años, pensaba que su vida era normal, sin mayores pretensiones ni intenciones de desarrollar un negocio. Hasta que llegó su segunda hija Hadley, que nació con ciertas dificultades.
Los ataques que tuvo su hija pudieron haber sido causados por medicamento suministrado por error en el hospital - pero no quiere demandar frente a la realidad irreversible. La vida de Hadley continuó con una larga lista de enfermedades y dolencias, desórdenes en la coagulación de la sangre y parálisis cerebral. Lo que para otras familias podría haber significado aislamiento y desesperanza, para los Kramm se tradujo en una aventura comercial que excedió sus ambiciones. FlavorX Inc., empresa que hoy se encarga de saborizar las medicinas para niños, se hizo un negocio familiar, no sólo porque reunió los diversos talentos de todos los miembros, sino porque ayudó a salvar a la familia.
Como técnico farmacéutico, Kramm se dedicó a buscar la solución para lograr que los niños tomaran sus medicamentos, ya que su pequeña se negaba a ingerir las cuatro dosis diarias de fenobarbital que necesitaba para prevenir los ataques. Se resistía a abrir la boca y si lo hacía, retenía la sustancia hasta hora y media hasta que finalmente la escupía. Los ataques no cesaban, ya que como no sabían si había tomado algo, los Kramm reducían la cantidad por miedo a una sobredosis. Un día, el padre de Kenny le sugirió endulzar la medicina y así comenzaron a experimentar en la farmacia con diferentes sabores que mejoraran los productos sin alterar sus propiedades. Hadley probó más de diez fórmulas hasta que finalmente aceptó la de banana e ingirió sin obstáculos su dosis. Algunos clientes de la farmacia se sumaron y aprobaron los sabores y el negocio se disparó, incluso a nivel nacional.
Para asegurar el futuro y poder afrontar los gastos de Hadley, Kramm decidió lanzar FlavorX como una compañía independiente para vender sus fórmulas a otras farmacias. Sus combinaciones ahora alcanzan casi 50 páginas y han podido mejorar la vida de millones de vidas infantiles. Kramm al referirse a su éxito expone que todas sus decisiones han estado influidas por la situación de su hija Hadley. FlavorX ha crecido en una tasa anual de 786%, y posee una oferta de 42 sabores diferentes. Sus productos se distribuyen en cerca de 10 mil establecimientos de cadenas farmacéuticas. También ha trasladado la práctica al sector veterinario.
La madre de Hadley, Shelley Kramm apoyó a su esposo en la trayectoria, pero también quiso hacer su aporte. Tras una visita a un parque donde la pequeña no pudo disfrutar de las instalaciones como su hermana Sarah, Shelley pensó en Hadley's Park Inc., una organización sin fines de lucro, encargada de construir atracciones a las que tuvieran acceso tanto niños normales como discapacitados. Así nació el primer parque en 1996 y luego se construyeron cuatro más en el área de Washington y otros quince en el resto del país.
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Este es el resumen del artículo "El corazón de una empresa" publicado en Junio 2003 en la revista Inc.
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