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El creciente costo de los malos consejos | 
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| El mundo de los negocios es vulnerable a los peligros de los malos consejos que actualmente inundan el mercado. En consecuencia, se requiere una mayor vigilancia sobre lo que dicen o hacen los supuestamente expertos asesores.
El problema estriba en que una vez contratados, estos “proveedores de soluciones” son menos cuestionados que aquellos empleados que desde adentro, propusieron sin éxito alguna salida ingeniosa. Una vez contratados, se envuelven en una atmósfera de infalibilidad, desarrollan sus propias agendas y bajo su entrenamiento, enganchan al cliente para perpetuar la relación de negocios. En este rango se incluye no sólo a los consultores gerenciales, sino también a los de TI.
Como recomendaciones para equilibrar los costos que pueden generar los malos consejos, se tiene la necesidad de desarrollar un saludable escepticismo en torno a los “expertos”, reconociendo que la asesoría como tal requiere más que una mente astuta. Los gerentes deben estar preparados para hacer el seguimiento de los planes propuestos por los asesores, sin dejar intimidarse por un lenguaje altamente especializado.
Es bueno recordar que se trata de su empresa, no la de ellos. Cultive su público interno y no lo menosprecie si trata de aportar alguna idea al negocio. No se deje asombrar por una presentación grandiosa de PowerPoint, asegúrese de que las tareas propuestas están claramente definidas, como si fueran una Regulación de las Naciones Unidas. Rastree el progreso que se vaya dando en su empresa desde diferentes flancos.
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Este es el resumen del artículo "El creciente costo de los malos consejos" publicado en Junio 2003 en la revista Inc.
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