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Latinoamérica: Liberándose de la maldición del petróleo |
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| Dados los altos precios del petróleo, uno pensaría que la compañía estatal de petróleo de México, Petróleos Mexicanos (Pemex), debería estar inundada de dinero. Pero, en realidad, ha perdido dinero en cinco de los últimos seis años, y sólo ha generó ganancias de US$ 3,9 mil millones en 2006, cuando logró la cifra récord de US$ 97 mil millones en ventas. ¿Por qué? Porque el año pasado tuvo que pagar casi US$ 54 mil millones en impuestos y regalías al tesoro nacional, lo que constituye cerca de 40% de los fondos del gobierno.
Pemex es la piñata de México. Los políticos están tan acostumbrados al constante flujo de dinero de la compañía, que nunca han contemplado la posibilidad de disciplinar el gasto del gobierno o hacer una reforma tributaria. Pero, ahora, tras años de poca inversión en exploración, Pemex está viendo impotente cómo la producción de su mayor campo, el Cantarell, disminuye en 20% al año. Si la producción continúa a la misma velocidad de hoy en día, las reservas de petróleo de México durarán menos de 10 años. Esto quiere decir que el sexto productor de petróleo del mundo se convertirá en un país importador de petróleo.
La situación de México contrasta con la de Brasil. Durante el alza de los precios en los años setenta, Brasil importaba crudo y la economía casi colapsa. Sin embargo, ya el año pasado la compañía petrolera estatal, Petróleo Brásileiro (Petrobras), logró que el país se autoabasteciera por completo. Los yacimientos más importantes están mar adentro, a profundidades inalcanzables hasta para las grandes multinacionales. Pero los ingenieros de Petrobras desarrollaron nuevas técnicas y equipos que permitieron bombear el crudo a 6.000 pies de profundidad.
Dos compañías estatales de petróleo, dos historias diferentes. Pemex y México representan el clásico ejemplo de lo que los economistas llaman la “maldición del petróleo”, propia de los países que cuentan con grandes cantidades del oro negro. Dichos países suelen volverse complacientes y dependientes. México, que nacionalizó su industria en 1938, ha pasado décadas administrando la abundancia sin pensar en el futuro. Dado que 60% de sus reservas están bajo el agua, México necesita la experiencia de Petrobras. De hecho, ambas compañías firmaron el año pasado un convenio de cooperación que le dará un empujón a Pemex. “La situación en México es desesperante, pues las reservas se están acabando rápidamente”, señala Guilherme Estrella, jefe de exploración y producción de Petrobras.
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Este es el resumen del artículo "Latinoamérica: Liberándose de la maldición del petróleo" publicado en Junio 04, 2007 en la revista Business Week.
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