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Energía y desarrollo



Revista: América Economía
Tema: Política
Fecha: Mayo 2007
Autor(es): Susan Kaufman Purcell
En la reciente cumbre del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas), el presidente Hugo Chávez anunció que su país proporcionaría el petróleo para cubrir el 100% de las necesidades de energía de los miembros del grupo, además de Haití. También ofreció créditos con intereses bajos para financiar la mitad del petróleo comprado a Venezuela e instituir un fondo especial de desarrollo, subvencionado por el 25% de la cuenta total del petróleo, para apoyar los proyectos locales.

Las motivaciones de Chávez son tanto geopolíticas como altruistas. El ALBA es su alternativa al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que apoya Estados Unidos. Con el ALBA, espera socavar el poder y la influencia del país del norte en América Latina y en su lugar unir a la región bajo su liderazgo. Está por ver si Chávez será capaz de concretar su promesa de ayuda energética. Hoy, el ALBA agrupa a muy pocos países, entre ellos, los más pequeños y menos desarrollados de América Latina. Sus necesidades energéticas, por lo tanto, son relativamente pequeñas. Al mismo tiempo, la producción venezolana de petróleo ha disminuido.

Tampoco hay garantía de que el precio del petróleo siga cercano a los US$ 70 el barril. Esto dependerá de varios factores, incluso de si las economías estadounidense y china continúan creciendo al ritmo actual y sus tasas de interés e inflación se mantienen bajas. Al mismo tiempo, si el precio del crudo se mantuviera alto aumentaría los estímulos para desarrollar fuentes alternativas de energía. La preocupación por el peligro de un mayor calentamiento global acelera esos esfuerzos, al igual que el hecho de que los países productores de petróleo sean, a menudo, políticamente inestables y suministradores poco confiables.

Esto no supone que los países de América Latina deban rechazar la generosa oferta de Hugo Chávez. Pero sólo deberían aceptarla si no les significa dejar de desarrollar, de manera simultánea, otras fuentes de energía que pudiesen incrementar su independencia energética, así como crear nuevos trabajos, aumentar la productividad agrícola, atraer nuevas inversiones y tecnología y ensanchar y diversificar sus exportaciones.




Este es el resumen del artículo "Energía y desarrollo" publicado en Mayo 2007 en la revista América Economía.

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