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¿Los inmigrantes ilegales son buens o malos para la economía? |
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| Un choque de posiciones en el Senado estadounidense la semana pasada acabó con la primera reforma inmigratoria del país desde hace dos décadas. De un lado están los pragmáticos (apoyados por el gobierno de Bush), que están dispuestos a otorgarles la ciudadanía a los 12 millones de inmigrantes ilegales. Por el otro lado están los idealistas, que consideran que no se debe recompensar a quienes violan la ley, pues esto fomentará aún más la inmigración ilegal. Aunque el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, rechazó la ley, dejó la puerta abierta para que el Senado la reconsidere más adelante este año.
Bajo todo este debate está el impacto económico de una medida que podría cambiar con creces la composición de la fuerza laboral estadounidense. Al restringir la inmigración ilegal, la legislación podría constreñir el flujo futuro de trabajadores en industrias como la agricultura, la construcción, la hotelería y los restaurantes. Sin embargo, evaluar las visas según la preparación y no según los lazos familiares podría atraer más trabajadores hacia los sectores de alta tecnología y biotecnología. Aún así, algunas compañías de alta tecnología han rechazado la ley por no suministrar suficientes visas anuales para trabajadores calificados.
“Lo que me preocupa de esta ley es que nos las están vendiendo como si no tuviera consecuencias negativas; como si el criterio de la formación académica fuera necesariamente bueno para la economía y para el país”, señala Peter Cappelli, profesor de gerencia de Wharton. “De hecho, habrá ganadores y perdedores. A uno le gustará o no la legislación dependiendo de cómo se sienta con respecto a dichos ganadores y perdedores”.
Bernard Anderson, profesor de gerencia de Wharton, no está tan preocupado por esta reforma inmigratoria porque cree que no tendrá mayores consecuencias. Es muy probable que la mayoría de los trabajadores ilegales que ya están en Estados Unidos se queden en el país, independientemente de la ley. “No es humanamente posible deportar a 12 millones de personas”. Además, sospecha que ni estos trabajadores ni los que pudieran llegar les quitarán sus empleos a los locales o producirán reducciones salariales. Dos tercios de los trabajadores ilegales están concentrados en cuatro industrias: agricultura, servicios personales, preparación de alimentos y turismo, y construcción. En dichas industrias, señala Anderson, los inmigrantes ocupan puestos vacantes o puestos que nadie quiere.
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Este es el resumen del artículo "¿Los inmigrantes ilegales son buens o malos para la economía?" publicado en Junio 26, 2007 en la revista Knowledge @ Wharton.
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