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Nuevas dificultades



Revista: The Economist
Tema: Negocios en Africa
Fecha: Julio 21, 2007
En la fábrica Shinning Century de Maseru, la capital del pequeño y montañoso reino de Lesotho, un ejército de 1.500 trabajadores, en su mayoría mujeres, trabajan entre máquinas de coser y telas. Fabrican franelas que serán vendidas en tiendas estadounidenses como Gap y Old Navy. Lesotho, completamente circundado por Suráfrica, también fabrica jeans para marcas como Levi Strauss.

Los textiles son la única industria que funciona en este empobrecido país de 1,8 millones de habitantes. Lesotho solía vivir de suministrarle mano de obra a las minas surafricanas; pero ahora es el mayor exportador africano de ropa a Estados Unidos (US$ 385 millones el año pasado). Al igual que Mauritius, Madagascar, Kenia y otros países africanos, Lesotho ve en la fabricación de ropa una vía de desarrollo, diversificación y empleo. Pero, ¿podrá el comercio de ropa del África subsahariana competir con Asia? ¿Qué puede hacer África para mantener sus industria textil?

Establecer más fábricas textileras en Lesotho ayudaría a reducir el tiempo de fabricación y los costos de transporte. De hecho, Madagascar y Mauritius ya han escalado por la cadena de suministros y ahora producen sus propias telas. Además, una mejor cooperación entre los países africanos podría aumentar el suministro de textiles en la región sin tener que construir más fábricas. Andrew Salm, de ComMark Trust, un ente financiado por el gobierno inglés y que trabaja con la industria textil de Lesotho, cree que África podría promover el cultivo de algodón orgánico, un producto de calidad y muy costoso. Swazilandia, otro pequeño país africano, está tratando de cultivar algodón orgánico para mantener su propia industria textilera.

Los productores africanos también necesitan mejorar su productividad. Atraídos por los bajos sueldos, los inversionistas de Mauritius se han mudado a Madagascar, y las compañías textiles de Suráfrica están invirtiendo en Lesotho. Sin embargo, los salarios en Lesotho son al menos cinco veces mayores que en Bangla Desh, y dos o tres veces mayores que en China.




Este es el resumen del artículo "Nuevas dificultades" publicado en Julio 21, 2007 en la revista The Economist.

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