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Grítelo fuerte |
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| Desde el MP3 en el teléfono móvil hasta programas de TV en el iPod y mensajes electrónicos en la computadora de mano, vivimos en una era en la que podemos conseguir casi cualquier información en cualquier lugar. Así que me parece gracioso que aún recibo dos docenas de catálogos por correo cada mes. Y los uso. Todavía tomo el teléfono para llamar a las compañías y preguntar sobre ciertos productos que quiero comprar. Y aún me parece que el mejor modo de hallar ciertos productos es ir hasta el centro comercial. ¿No le parece?
Es cierto que a veces uno disfruta más leyendo un documento en papel que un monitor. Y sí, a todos nos gusta el contacto humano o, al menos, a todos nos debería gustar. Pero, por lo general, cuando evito el mundo virtual para hacer negocio en el real es por una simple razón: la Red me ha decepcionado. Más específicamente, no logro obtener suficiente información para poder ocuparme de mis negocios a través de la Red. Así que termino comprando cosas como lo hacían mis abuelos.
Solemos pensar que nuestras vidas están llenas de información; pero la realidad es que la mayoría de los negocios son muy celosos con la información que ponen a disposición (características de un producto, consejos, políticas de servicio, descuentos, perfiles de empleados, información corporativa, etc. Y esto genera problemas, porque la gente que llega a una ciberpágina puede frustrarse cuando no halla lo que está buscando. Los cibersitios sin suficiente información no suelen salir en los resultados de Google. “Las compañías aún no logran lidiar con el problema de qué información colocar en sus páginas Web”, señala Michael Rappa, director del Instituto de Análisis Avanzado de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. “Si uno no coloca información en la Red, los clientes la buscarán en otro lugar”.
Pero, entonces, ¿qué hacer? La respuesta es: derribar las puertas de la compañía y dejar que todo el mundo eche un vistazo. Mucho de lo que los clientes quisieran ver está en las computadores de la compañía. “Las intranets de las compañías contienen información muy valiosa que podría estar a la disposición de los clientes y no lo está”, afirma Susan Feldman, analista de IDC. Una razón de esto es que los gerentes han sostenido desde hace tiempo la idea de que restringir la información es algo positivo, porque es el modo de mantener los rivales en la oscuridad, lograr que los clientes tomen el teléfono y llamen a un vendedor e, incluso, evitar que los clientes hallen algo que no les guste. De acuerdo con esta noción, compartir información significa perder el control de uso.
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Este es el resumen del artículo "Grítelo fuerte" publicado en Agosto 2007 en la revista Inc.
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