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El ataque del arroz mutante |
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| En la primavera de 2001, un agricultor de 64 años llamado Jacko Garrett veía como una flota de camiones se llevaba el arroz que había cosechado con tanto cuidado. “Me molestó muchísimo”, dijo Garrett. “Estoy sentado aquí tratando de buscar comida para la gente y tuve que enterrar cinco millones de libras de arroz”. A nadie le gusta botar comida, pero para Garrett, que dirige una fundación que recolecta arroz para la gente necesitada, el dolor fue especialmente agudo. El arroz de Garrett había sido manipulado genéticamente; formaba parte de un experimento que fue interrumpido abruptamente por la compañía de biotecnología Aventis CropScience. La compañía había contratado a varios agricultores para que cosecharan un tipo de arroz llamado Liberty Link, y cuyos genes eran resistentes a un producto para desmalezar también fabricado por Aventis.
Pero en 2001, Aventi CropScience estaba viviendo una pesadilla biotecnológica. Otra de sus creciones, una variedad de maíz genéticamente manipulado, llamado StarLinfk, fue descubierto en varias tortillas para tacos fabricadas por Krafk. Y dado que el StarLink había sido aprobado sólo para consumo animal (y no humano) surgieron los problemas. Cientos de productos de maíz fueron retirados del mercado. Los consumidores y los agricultores demandaron. Greenpeace botó varias bolsas del maíz enfrente de las agencias reguladoras, y la Agencia para la Protección del Ambiente acusó a Aventis CropScience de violar la ley. Tan preocupada estaba Aventis SA, el gigante francés propietario de Aventis CropScience, que decidió vender la unidad de biotecnología de Estados Unidos y abandonar el negocio de manipular alimentos genéticamente.
Eventualmente, Aventis pagó cerca de US$ 120 millones por todas las demandas del StarLink. Le vendió su unidad a Bayer, el gigante alemán que fabrica aspirina, Aleve y Alka-Seltzer. Bayer CropScience dejó de lado su proyecto de sacar el Liberty Link al mercado en parte porque el arroz cosechado en Estados Unidos es exportado a Europa y otros países en los que no están admitidos los alimentos genéticamente manipulados. Finalmente, todo el mundo se olvido del arroz de Jacko Garrett.
Y ya usted sabe lo que sucedió. Sí. En enero de 2006, pequeñas cantidades del arroz genéticamente manipulado aparecieron en un cargamento que había sido analizado (no sabemos por qué) por Riceland Foods, un cliente francés. Dado que ningún arroz transgénico es cosechado en Estados Unidos, la gente de Riceland estaba sorprendida. Al principio supusieron que el análisis estaba errado. Pero otros análisis confirmaron que había trazas de Liberty Link en el suministro de arroz comercial en los cinco estados donde se cosecha arroz de grano largo: Arkansas, Texas, Louisiana, Mississippi y Missouri. Bayer y Riceland le informaron la situación al Departamento Estadounidense de Agricultura, que informó sobre la contaminación el pasado agosto. Pero, para entonces, el arroz contaminado estaba en todos lados. SI en el último año usted o su familia han comido Uncle Ben’s, Rice Krispies o Gerber, o han bebido Budweiser, es muy probable que hayan ingerido un poco de Liberty Link.
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Este es el resumen del artículo "El ataque del arroz mutante" publicado en Julio 09, 2007 en la revista Fortune.
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