|
Quiere ser como Chávez pero tiene poco petróleo |
|
| Nelsón Zapata ha trabajado durante 25 años como limpiabotas a la sombra del Palacio Carondelet, la elegante morada colonial de los presidentes ecuatorianos. En la última década, Zapata ha visto por lo menos a ocho mandatarios ir y venir, tres de los cuales fueron echados por un pueblo colérico, la intriga política o ambos. Sin embargo, tiene más fe en el actual presidente, Rafael Correa. “Votaré por su movimiento”. Correa está contando con gente como Zapata para obtener una mayoría en las elecciones del 30 de septiembre, cuando se escogerá una asamblea constituyente que redactará una nueva constitución (esta sería la décimo novena en 180 años de historia nacional).
Correa, un joven economista de izquierda, está apostándolo todo en estas elecciones. Si gana, reescribirá las reglas políticas, pondrá a sus seguidores a cargo del estado y, quizá, durará más tiempo que sus predecesores. Si pierde, la asamblea lo podría convertir en el cuarto presidente electo que no terminará su período.
Su destino será vigilado desde más allá de las fronteras del Ecuador. Entusiasta proponente del “socialismo del siglo XXI”, como su mentor, el presidente venezolano Hugo Chávez, Correa forma parte de un eje radical y antiestadounidense que incluye a Evo Morales, de Bolivia, y Daniel Ortega, de Nicaragua. El eslogan de su gobierno es un claro eco del de Venezuela (“Ahora la nación es de todos”) y sus métodos políticos son similares. Al igual que Chávez, Correa despotrica en contra de la “oligarquía” y sostiene una relación antagónica con los medios de comunicación (llama a los periodistas “bestias salvajes”). Tras cada fracaso, Correa ve la mano del “imperio” (es decir, de Estados Unidos).
No hay duda de que hay mucho que cambiar en Ecuador. Pero en los siete meses que van de su presidencia, Correa ha desilusionado a algunos de sus seguidores, por encarnar algunos de los mismos vicios que supuestamente se había comprometido a erradicar. Hugo Chávez echó las bases de su monopolio del poder gracias a la asamblea constituyente de 1999. Pero, a diferencia de Chávez, es poco probable que a Correa lo salve la bonanza petrolera. Ecuador es un modesto exportador de petróleo, pero su producción está disminuyendo. La falta de capacidad de refinación significa que debe importar gasolina y lubricantes a altos precios. Con los precios del petróleo encima de US$ 70 por barril, el país está empezando a tener pérdidas netas.
|
Este es el resumen del artículo "Quiere ser como Chávez pero tiene poco petróleo" publicado en Septiembre 01, 2007 en la revista The Economist.
Vea otros artículos publicados en The Economist u otros artículos sobre Negocios en Ecuador.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|