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Pozos sin fondo | 
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| “Pemex no puede continuar así”, dijo a la prensa Jesús Reyes Heroles, director general de Pemex. Cada año, Pemex debe aportar la mayor parte de sus ingresos al erario público mexicano, cifra que en 2006 llegó al 79% de sus ventas de US$ 100.000 millones, con el que financia el 40% de los ingresos presupuestales del gobierno federal.
Una tajada que mantiene a la sexta petrolera más grande del mundo en una pésima situación financiera, con pasivos que bordean los US$ 55.000 millones, los más altos de la industria petrolera. A esta situación, habría que añadirle el peso de una organización sindical gigantesca y permanentemente acusada de improductiva y corrupta.
Y aunque en México analistas y funcionarios del Estado dicen entender la grave situación por la que atraviesa Pemex, la realidad es que la petrolera apenas consigue un poco de respiro. En la recién aprobada reforma fiscal, que promovió el gobierno del presidente mexicano, Felipe Calderón, una de las prioridades era reducir la carga fiscal de Pemex. Al final, se planteó una reducción del actual 79% a 74% el próximo año; y bajando paulatinamente hasta ubicarse en 71,5% en 2012.
El problema es que, sin nuevos recursos, Pemex queda inhabilitada para invertir en investigación y desarrollo, actualización tecnológica o exploración y explotación de nuevos yacimientos, especialmente aquellos en aguas profundas del Golfo de México, donde se encuentran algunas de las reservas de petróleo más ricas de mundo.
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Este es el resumen del artículo "Pozos sin fondo" publicado en Octubre 2007 en la revista América Economía.
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