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Paren los relojes | 
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| La recién electa presidenta de Argentina decretó que a partir del 30 de Diciembre, los relojes deberían adelantarse una hora, por 11 semanas, como una forma de atenuar las deficiencias energéticas. Es así como en mitad del verano, a las 10 de la noche, todavía no había oscurecido en Buenos Aires.
Por su ubicación geográfica, Argentina debería estar 4 horas por detrás de la hora Greenwich. Pero desde 1969 está sólo 3 horas detrás, ya que el gobierno militar de la época decidió que el horario de verano se aplicara todo el año. Ahora, Argentina está 2 horas por detrás, hasta mediados de Marzo.
Los problemas de energía en el país son el producto de cuatro años de control de precios de la energía, establecido por el ex-presidente y esposo de la señora Fernández. Con dicho control, la energía en Argentina cuesta un tercio menos que en los países vecinos, lo que ha ocasionado un aumento en la demanda y una falta de inversión en la oferta.
Por supuesto que la medida trae muchos problemas y reclamos (está oscuro a las 7 A.M., una diferencia de 3 horas con Boston - cuando está en la misma longitud). Pero lo más grave es que los primeros signos indican que no se está ahorrando energía como se esperaba.
Argentina no está sola en sus manejos del tiempo. En Venezuela, se retrasaron los relojes media hora en forma permanente, para asegurar que los niños entraran a clases con la luz del sol. El resultado de ambas medidas es la confusión: ahora Caracas está dos horas y media detrás de Mendoza, que se encuentra más al oeste.
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Este es el resumen del artículo "Paren los relojes" publicado en Enero 26, 2008 en la revista The Economist.
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