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El dragón ganándole al tigre



Revista: The Economist
Tema: Economía internacional
Fecha: Junio 21, 2003
India es un país débil, no gracias a la democracia sino a la burocracia, a la intolerancia y al mantenimiento de rivalidades sin sentido. En comparación con China, su vecino, hace veinticinco años, los estándares de vida en los dos países eran similares, pero ahora el ciudadano promedio de éste último supera al indio dos veces y la discrepancia se manifiesta a todo nivel. Los líderes del mundo conocen muy bien esta situación, de hecho en el 2000, Bill Clinton fue el primer presidente norteamericano en volver a la India después de 22 años.

Las democracias no son todas iguales, y particularmente la de la India no es de las mejores. La corrupción en el sistema político y en el burocrático ya es endémica. El seguimiento de la ley está atenido a una organización judicial colapsada. El sistema de castas impide a millones de indios que sus demandas sean escuchadas y atendidas. La India más que una democracia parece un estado regido por un solo partido, cuya idelogía social transmitida por Jawarharlal Nehru, era totalmente antagónica a la libre empresa e interfería con la vida económica de la nación hasta el extremo de ser casi tan destructiva como el comunismo de Mao. La débil versión de la democracia en la India nada tiene que ver con el concepto real.

Por otra parte sería poco sabio fijarse en el progreso económico de China como un parámetro de comparación. Nada podría hacer ignorar las desventajas que ha tenido que soportar este país viviendo bajo un régimen totalitario. En China la estructura política es totalmente inflexible, en constante riesgo de desmembrarse incluso de manera sangrienta (no hay que olvidar los hechos de la Plaza Tiananmen en 1989). Las democracias tienden a ser más elásticas que cualquier régimen, más capaces de absorber los disentimientos y conflictos.

Pero si la democracia no es la causa del retraso de la India, ¿qué es?. Simplemente este pueblo empezó tarde su proceso de apertura. El trabajo de desmantelamiento de la burocracia por ejemplo apenas inició en 1991, bajo el ministro reformista Manmohan Singh. Hay otras razones: con el partido Bharatiya Janata Party (BJP) India está por los momentos encasillada con un gobierno que atiende más el proselitismo religioso que la reforma económica. Mientras que el partido del Congreso está liderado por Sonia Gandhi, quien se ha mostrado como incapaz de continuar con las reformas que su propio partido comenzó. En consecuencia, un gobierno acoplado con el Congreso podría potencialmente tener todas las ventajas por las cuales falla el BJP. Además de todo esto, está el permanente estado de guerra en el que vive India por su carrera armamentista con Pakistan, sobre la posesión de ambos, Cachemira.




Este es el resumen del artículo "El dragón ganándole al tigre" publicado en Junio 21, 2003 en la revista The Economist.

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