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La economía cubana: después que se disipe el humo | 
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| A pesar de los edificios deteriorados, las carreteras llenas de huecos y los estantes vacíos en los mercados, la economía de Cuba creció 7,5% en el 2007, su tercer año consecutivo de rápida expansión. La economía está en su mejor momento desde la caída en 1991 de la Union Soviética. De hecho, no le hace falta que se elimine el embargo.
Esto gracias a los precios record de sus exportaciones de Níquel, prometedores descubrimientos de petróleo en aguas profundas, las buenas ventas de cigarros y las blancas playas que atraen a millones de extranjeros.
Esto no quiere decir que la economía esté saludable. Hasta el gobierno reconoce la existencia de innumerables problemas, como servicios ineficientes, pésimo transporte público (a pesar de los nuevos autobuses chinos, la mayoría sigue haciendo cola para conseguir un aventón), bajos salarios, crisis de vivienda (se construyeron 53 mil casas el año pasado, pero hacen falta 500 mil más) y regulaciones excesivas. Todos los habitantes, excepto una pequeña élite, vive con salarios miserables y bajo un sistema de racionamiento alimenticio. “Es imposible vivir así por siempre”.
Con el nuevo gobierno, los cubanos esperan más que mejores salarios y más comida. Quieren acabar el aislamiento del mundo, que no les permite viajar, ver televisión que no sea la estatal, o simplemente ir a una discoteca o tomarse una cerveza.
En cuanto al petróleo, Cuba produce actualmente unos 52 mil barriles al día, un 36% de su consumo. Pero estudios recientes indican que podría tener unos 9,3 billones de barriles a 6 mil metros de profundidad. Varias empresas están en el proceso de estudiar y explorar, con miras a comenzar la extracción muy pronto. De materializarse, si Cuba logra ser auto-suficiente, será un cambio geopolítico interesante (reduciría su dependencia del subsidio de Venezuela); y si logra producir para exportar, cambiaría aún mas el panorama. Sin embargo, cabe destacar que con el embargo, no tendría a donde enviar el crudo para su procesamiento, ya que todas las refinerías cercanas están operando a capacidad o son de Estados Unidos.
Respecto al turismo, la isla recibió 2,3 millones de canadienses y europeos en el 2005, gracias a que tras el colapso de la URSS, Raul Castro convenció a Fidel de abrirse al turismo extranjero para obtener divisas. Ahora van en busca de turistas más pudientes, con la construcción de docenas de resorts de 4 y 5 estrellas, así como la remodelación de viejos edificios para convertirlos en hoteles boutique. Pronto ofrecerán algunos de los entretenimientos más capitalistas: golf y yates. No será fácil cambiar la cultura y mejorar la infraestructura, sin embargo.
Otra fuente potencial de ingresos es el turismo médico. El año pasado unas 6000 personas visitaron el país para realizarse tratamientos médicos (eliminar adicción a las drogas, cirugía plástica) a una fracción del costo de otros países, generando unos us$22 millones.
Mientras tanto, las empresas estadounidenses están ansiosas por incorporarse a la fiesta. Por culpa del embargo, ven como buenos negocios potenciales se pierden a manos de competidores canadienses o españoles. Apenas un puñado de empresas agrícolas han logrado hacer negocios, bajo licencia del departamento del tesoro.
No es de esperar que Cuba logre a corto plazo el hiper-crecimiento que se ha visto en Asia. Por culpa del embargo, los cubanos siguen teniendo que pagar precios más altos de lo normal por la mayoría de los productos. Pero Raul Castro necesita legitimarse, y la única forma de lograrlo es mostrando resultados.
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Este es el resumen del artículo "La economía cubana: después que se disipe el humo" publicado en Marzo 10, 2008 en la revista Business Week.
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