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Tierra de leche y nuevas empresas



Revista: The Economist
Tema: Emprendedores
Fecha: Marzo 22, 2008
Cerca de Tel Aviv, en Israel, está una zona llamada Silicon Wadi (Wadi es cañon o desfiladero en hebreo), donde se encuentra el segundo centro tecnológico más importante del mundo. Es casi un clon de Silicon Valley, en California. Allí también las jerarquías corporativas son odiadas, la toma de riesgos es recompensada, tiene varias universidades elitescas en la cercanía, y cuenta con grandes centros tecnológicos de grandes empresas como Cisco e Intel. Hay también abundante capital de riesgo disponible.

Pero también hay importantes diferencias. El capital de riesgo invertido en el 2007 fue de us$ 1,76 billones, número que ha venido creciendo, pero es apenas una quinta parte de los us$ 10 billones invertidos en Silicon Valley. Aunque la mitad de los acuerdos de financiamiento son realizados por empresas locales, la mayor parte del dinero viene de EUA.

La mayor parte de las inversiones no son en software ni en novedosos servicios en la web, sino en empresas que desarrollan chips especializados o equipos avanzados de telecomunicaciones. Esto se debe a dos cosas: primero, Israel es un mercado pequeño, y vender en el extranjero es más difícil en aquellos segmentos del mercado en los que hay que estar cerca del usuario (como los sitios Web 2.0); segundo, muchos emprendedores vienen del ejército, que siempre ha tenido que compensar la falta de recursos y gente con tecnología de punta, sobretodo en telecomunicaciones. De allí que sean pioneros en tecnologías inalámbricas.

La mentalidad del emprendedor israelí también es distinta. Es mucho más un innovador que una persona de marketing. Está más familiarizado con la diversidad. Acostumbrado a una menor cantidad de financiamiento, sabe como improvisar. Ven su trabajo como un acto de patriotismo, por lo que pueden ser ultra competitivos, y ayudarse entre sí a la vez. Trabajan a toda hora: en la mañana, se ocupan de su país. En la tarde, están en comunicación con EUA, donde están la mayoría de sus clientes. En la noche, es el turno de comunicarse con Asia, donde se fabrican los chips. Les cuesta mucho salirse de su empresa cuando llega la hora de contratar una gerencia profesional. Como están muy enfocados en la innovación y tecnología, descuidando un poco la gerencia y el marketing, tienden a vender sus empresas temprano a compañías extranjeras, en lugar de construirlas ellos mismos.

Israel es básicamente un exportador de emprendimientos, y un centro de investigación y desarrollo para grandes empresas, lo cual no está mal. Pero estando confinados en un pequeño país, lejos de los principales mercados, los emprendedores israelíes no siempre obtienen el mejor precio por su esfuerzo. Adicionalmente, se espera que muy pronto los emprendedores e ingenieros chinos le alcancen.




Este es el resumen del artículo "Tierra de leche y nuevas empresas" publicado en Marzo 22, 2008 en la revista The Economist.

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