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La marca llamada Obama |
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| El hecho de que Barack Obama (precandidato presidencial del Partido Demócrata) le esté hablando a una nueva generación es noticia desde hace tiempo. Pero pocos se han dado a la tarea de examinar en qué medida su candidatura anuncia un cambio de grandes proporciones en el mundo comercial. Después de todo, la política tiene mucho de marketing. La promoción de la marca “Obama” permite estudiar la dirección en la que se está moviendo el mercado estadounidense (y, posiblemente, el mundial). El interés de Obama en desarrollar una nueva imagen global y en saber cómo se comunican entre sí los consumidores de hoy en día y cómo prefieren “productos” auténticos, son todas señales muy valiosas para los expertos en marketing.
Obama ha adoptado la Internet sin más. Su campaña ha llegado a toda clase de gente, lo que le ha valido un apoyo prácticamente viral. Además, ha sido muy exitoso a la hora de convertir los “clics” en línea en dinero de verdad: reuniones en el interior del país, vídeos en YouTube y, más importante aún, donaciones y votos. La gran pregunta es cómo ha logrado esto. Las redes de socialización en línea imponen grandes retos a los expertos en marketing. El tradicional enfoque vertical no siempre funciona en un ecosistema dominado por las masas. Así que los expertos en marketing se han visto en la necesidad de ceder hasta cierto punto el control de sus marcas. Esto despierta grandes temores. Sin embargo, ceder el control de nuestra marca en la Internet desata un gran poder. Y, más que ningún otro producto nacional, Obama está aprovechando dicho poder. Lo que es cierto en la política, es cierto en los negocios. La gente no sólo siente que conoce a Obama sino, además, se siente esperanzada al compartir sus mismos puntos de vista. El nuevo consumidor tiene el poder de la Red y es capaz de descubrir cualquier impostor o copia. Esta es la razón por la que el candidato está disponible para la prensa sólo en cantidades controladas.
Obama es el epítome de una nueva forma de pensar llamada el “liderazgo adaptativo”, que se enseña hoy en día en Harvard, entre otros lugares. Este enfoque es muy efectivo a la hora de lidiar con problemas en los que hay cambios involucrados. Mientras que el visionario presenta un plan particular a implementar, el líder adaptativo trabaja junto a los diversos grupos para crear un plan. El eslogan “sí podemos” de Obama refleja este enfoque, que ha calado muy bien entre los votantes. Las posibles implementaciones por parte de los líderes comerciales son inmensas. El culto al director general sigue dominando a las juntas directivas. Pero para atraer al talento del mañana (y al consumidor del mañana) habrá que adoptar otro enfoque.
La posibilidad de que un negro sea pronto el candidato de un partido o de que incluso se siente en la Oficina Oval tendrá implicaciones de gran alcance para la comunidad comercial, que sigue siendo abrumadoramente blanca en la cima. Pero, dado que las proyecciones indican que 40% de la población estadounidense no será blanca en 2010, los líderes comerciales encargados de inspirar y atraer al mejor talento y de satisfacer a accionistas cada vez más diversos, descubrirán pronto que la diversidad es un imperativo comercial. Cualquier negocio que ignore este mensaje, se estará poniendo en una situación poco ventajosa.
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Este es el resumen del artículo "La marca llamada Obama" publicado en Abril 2008 en la revista Fast Company.
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