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Se cocina una tormenta |
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| Los grandes países del Caribe comparten dos vulnerabilidades: Primero, su economía depende en gran medida de los Estados Unidos, de las remesas enviadas desde aquel país, así como su flujo de turistas. Segundo, muchos de los países caribeños importa la mayoría de sus alimentos y petróleo.
En el marco del Acuerdo de Petrocaribe, Venezuela suministra bajo un esquema crediticio al 1% de interés durante 25 años, el cual permite a los países miembros comprar a Venezuela alrededor de 185.000 barriles por día. Este esquema ha traído dividendos políticos al Sr. Chávez. Pero Petrocaribe puede que explique por qué el pequeño Estado insular de Dominica se ha unido a la Alternativa Bolivariana (ALBA), el bloque anti-estadounidense con base en Venezuela y Cuba. El presidente de Haití, René Preval, asistió a una de las reuniones de ALBA en enero de este año. El presidente dominicano, Fernández, está en buenos términos con los Estados Unidos. Pero incluso su gobierno ha considerado unirse al ALBA.
La preocupación para los países formando filas para obtener la ayuda de Venezuela es que Petróleos de Venezuela (PDVSA), la compañía petrolera estatal, puede que no esté en capacidad de mantener sus embarques de forma indefinida. Esto, debido a que su producción está decayendo, mientras que el consumo interno de petróleo aumenta.
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Este es el resumen del artículo "Se cocina una tormenta" publicado en Abril 5, 2008 en la revista The Economist.
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