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La tentación de Uribe | 
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| Álvaro Uribe sigue en aprietos después de seis años de gobierno. En el palacio de gobierno recibe a los visitantes con un mapa y una regla, y les enseña la geografía que ha hecho de este país andino de 40 millones de habitantes tan difícil de gobernar. Aquí está la selva, acá la sabana. Allí están los 2.200 kilómetros de frontera con Venezuela. ¿Dónde están las FARC? No hace mucho estaban por doquier. Ahora han sido reducidos a la selva remota o a la frontera.
Uribe es una rara avis: un presidente democrático pro estadounidense, que está ganando una guerra contra el terrorismo. El día de su toma de posesión, en 2002, la guerrilla merodeaba no sólo en las montañas que custodian a Bogotá sino en la capital misma. Pero seis años después, no sólo Bogotá sino toda Colombia ha cambiado. Este sigue siendo un país violento, pero la gran cantidad de asesinatos y secuestros, impulsados por el odio de clase, la ideología y el dinero del narcotráfico, se ha reducido. La economía está creciendo en 7% anual. Son buenas noticias, sobre todo, se podría pensar, para Estados Unidos.
Colombia es el proveedor de la mayoría de la cocaína que se consume en Estados Unidos. Pero en Uribe, los estadounidenses tienen un aliado que ha trabajado duro, gracias al apoyo del Plan Colombia, por erradicar los sembradíos de coca y acabar con el narcotráfico. Además, ha convertido a Colombia en un país único en los Andes (Venezuela, Ecuador y Bolivia tienen presidentes antiestadounidenses). Uribe apoyó incluso la guerra en Irak. Así que semejante aliado debería ser mimado. Al menos esto es lo que opina George Bush, que le pidió esta semana al Congreso que ratificara el tan prometido Tratado de Libre Comercio con Colombia, con el fin de no sofocar a un aliado.
Pero pareciera que Colombia quedará sofocada. Los demócratas del Congreso se rehúsan a ratificar el Tratado. Nancy Pelosi, presidente del Congreso, le respondió a Bush diciéndole que él era el que estaba sofocando al pueblo estadounidense con siete años de malas políticas económicas. Pero, ¿cuál es el problema de los demócratas con Colombia? Simplemente que están estrangulados entre los proteccionistas, por un lado, y los activistas de los derechos humanos, por el otro. Algunas instituciones como Amnistía Internacional consideran que Colombia aún debe limpiar sus derechos humanos. Todo esto lleva a pensar que Colombia no logrará su tan ansiado Tratado.
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Este es el resumen del artículo "La tentación de Uribe" publicado en Abril 19, 2008 en la revista The Economist.
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