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No toquen mis beneficios



Revista: Knowledge @ Wharton
Tema: Recursos Humanos
Fecha: Julio 23, 2008
Los beneficios laborales van desde lo más tradicional (automóviles, uso del avión corporativo y condiciones especiales de jubilación) hasta lo más personalizado (entrenadores personales, servicio de tintorería y oficinas que admiten mascotas). Pero los beneficios laborales se han reducido últimamente desde que la SEC (organismo regulador del mercado de valores en EUA) impuso regulaciones para evitar que se repitieran ciertos escándalos corporativos, como el hecho de que Jack Welch, ex CEO de General Electric, recibiera un apartamento en Manhattan de US$ 80 mil al mes o que el ex CEO de Tyco, Dennis Kozlowski, recibiera un apartamento de US$ 2,5 millones en la Trump Tower de Nueva York, entre otros casos.

Peter Cappelli, profesor de gerencia de Wharton, señala que las “juntas están reduciendo ciertos beneficios laborales porque creen que esto le da una mejor imagen a las compañías. Pero lo importante es determinar si esta situación es positiva a la hora de contratar nuevo personal”. Cappelli sugiere que los beneficios laborales sencillos y poco costosos (vestimenta casual, café gratuito, descuentos en alimentos) no aumentan mucho la productividad y la moral de los empleados, pero tampoco inciden negativamente sobre las finanzas. Las compañías deben tener mucho cuidado de cómo reducen o eliminan por completo dichos beneficios.

El profesor de gerencia, Sigal Barsade, está de acuerdo con esto. “No recomendaría eliminar los beneficios; pero, si fuera necesario hacerlo, la gerencia debe tener en cuenta que esto será visto como una injusticia”. Eliminar los beneficios es el camino más rápido para despertar la rabia de los empleados. Esto generará un comportamiento revanchista y disminuirá el rendimiento. “Si la gerencia decide eliminar los beneficios, debe explicar muy claramente la razón, de modo que parezca una jugada justa para los empleados”.

Cappelli señala que a pesar de los peligros de reducir los beneficios, algunos gerentes estarían de acuerdo con reducirlos o eliminarlos. La mayoría de los beneficios surgen de la administración central, pero después deben ser supervisados por la gerencia media. “Los gerentes siempre quieren más control sobre los empleados, así que rechazan los beneficios impuestos desde arriba (como un horario más flexible). Después de todo, son los gerentes medios los que tienen que procurar que la compañía siga funcionando a pesar de que, por ejemplo, mucha gente aproveche la flexibilidad del horario los lunes en la mañana y los viernes en la tarde. “Todo esto se convierte en un dolor de cabeza para los gerentes”, señala Cappelli. “Además, les parece que estos beneficios son innecesarios sobre todo cuando la economía está en mal estado y nadie renuncia”.




Este es el resumen del artículo "No toquen mis beneficios" publicado en Julio 23, 2008 en la revista Knowledge @ Wharton.

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