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Enseñanza y pruebas |
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| Los maestros sólo determinan cuánto han aprendido los estudiantes tras hacer exámenes, y esto suele ocurrir cuando los estudiantes han completado la materia. Aunque los estudiantes no dominen los contenidos a la perfección, deben avanzar en el sistema educativo. Y, a veces, deben avanzar aunque reprueben, porque avanzar es propio del modelo de instrucción monolítica. En su próximo libro, Perseguir al conejo, Steven Spear, profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, cuenta una anécdota que permite ilustrar la trampa en la que ha caído el sistema de educación pública a raíz de la instrucción monolítica. Durante una investigación como estudiante de doctorado en 1996, Spear entró a trabajar en la línea de ensamblaje de las llamadas “Tres Grandes” de Detroit (General Motors, Ford y Chrysler). En estas tres fábricas, los trabajadores que entrenaron a Spear básicamente le dijeron: “Los automóviles llegan a este punto cada 58 segundos. Así que este es el tiempo que tienes para instalar los asientos. Ahora te voy a enseñar cómo se hace. Primero, haces esto. Luego, haces aquello, hasta que el asiento esté completamente instalado. ¿Entendiste, Steve?”.
Spear estaba completamente seguro de que podría hacer todas esas cosas en el tiempo disponible, pues tenía un diploma de ingeniero mecánico del MIT. Pero la tarea era más difícil de lo que parecía. No logró instalar los asientos en 58 segundos. Así que su entrenador tuvo que detener la línea de ensamblaje para solucionar el problema. A Spear le llevó una hora instalar correctamente cuatro asientos. Una de las razones por las que hay que probar el producto final es que nadie puede estar seguro de que se hayan dado a la perfección los cientos de pasos necesarios para fabricar un automóvil. Esto es lo que en el mundo comercial se conoce como “inspección”, mientras que en educación se llama “evaluación”.
Pero Spear tuvo una experiencia diferente cuando entró a trabajar en una fábrica de la Toyota. Antes de trabajar en la línea de ensamblaje, fue asignado a una línea de entrenamiento, donde le dijeron lo siguiente: “Estos son los siete pasos necesarios para instalar un asiento. No podrás aprender el segundo paso hasta que no domines el primer paso”. Así pues, las evaluaciones formaban parte del proceso de aprendizaje. El resultado de todo esto fue que, cuando Spear comenzó a trabajar en la línea de ensamblaje, logró hacer su trabajo desde un principio.
Hay una gran diferencia entre estos dos métodos. El de las Tres Grandes representa el modelo monolítico. En cambio, el de la Toyota representa un nuevo modelo que se vale de las tecnologías de aprendizaje en línea. Dichas tecnologías le ofrecen al estudiante la posibilidad de aprender siguiendo un método que se adecue mejor a su tipo de inteligencia. Y, más importante aún, estas tecnologías de aprendizaje permiten integrar el proceso de evaluación al proceso de aprendizaje, en vez de dejar las evaluaciones para el final del proceso. Un buen ejemplo de este tipo de tecnologías es el Lexia Reading, un programa para aprender a leer, fabricado por Lexia Learning Systems. Dicho programa evalúa constantemente al estudiante. Si este demuestra dominio sobre la materia, entonces se le permite avanzar. Si, por el contrario, no demuestra dominio sobre una lección, el programa vuelve atrás. Este enfoque ya está siendo implementado con mucho éxito en ciertos distritos de Georgia, Estados Unidos.
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Este es el resumen del artículo "Enseñanza y pruebas" publicado en Septiembre 15, 2008 en la revista Forbes.
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