|
|
Cómo contener a Rusia | 
|
| No existe una solución a corto plazo para el conflicto en Georgia, pero una Rusia en extremo confiada luce más vulnerable de lo que parece.
Desde Bruselas, Bélgica, la OTAN le ha mostrado su puño a Rusia advirtiéndole que no habría las negociaciones "de costumbre" mientras las fuerzas de ese país permanecieran en Georgia. Extrañamente, los rusos ni siquiera se acobardaron. Al parecer el nuevo mandatario de ese país, Dmitry Medvedev, y su mentor Vladimir Putin se encuentran disfrutando de la impotente indignación global frente a su nueva clase de machismo. ¿Y por qué no? Ellos bien saben que el Oeste no combatirá por la integridad territorial de Georgia, un pequeño estado producto de la disolución de la Unión Soviética que está localizado en la lejanía del Cáucaso y conformado por solo unos 4 millones de habitantes. Rusia sabe además que no enfrentarán serias sanciones económicas y entre otras cosas, que naciones poderosas dentro de la misma Europa como Alemania se encuentran urgidas en comprarle petróleo y otros derivados para satisfacer sus necesidades energéticas.
¿Quiere decir esto que Rusia se saldrá con la suya entonces? Es probable. Si la nación está determinada a que sus fuerzas armadas permanezcan en Georgia muy a pesar del acuerdo de cese al fuego logrado por Alemania, Francia y los EUA, será muy difícil creer que otro país fuera de estos tres lo hará. La disputa bélica con Georgia se convertiría indudablemente en un conflicto "congelado" excluyendo, claro está, sus diferentes fronteras de facto.
Los objetivos principales con los cuales se presume que Rusia haya entrado a Georgia no han sido todavía logrados. Estos incluyen derrocar a su mandatario pro EUA, Mikheil Saakashvili, y usar la intimidación para prevenir que Georgia y Ucrania sigan a los polacos, checos, bálticos y otros antiguos dominios territoriales de la Unión Soviética en sus intentos de introducirlas en Occidente y por supuesto, en la OTAN. Si éste persiguiera políticas claras y con sentido de proporción, entonces Occidente todavía tendría una muy buena oportunidad de entorpecer estos objetivos.
En cuanto a tener paciencia, el hecho de suspender las llamadas negociaciones de costumbre no debería llegar al punto en que el gobierno ruso se ponga de muy mal humor y su comportamiento empeore aún más. Encontrar la delgada línea entre la desaprobación, presión y compromiso continuo será muy duro. Demasiada preocupación hacia los sentimientos heridos de un imperio caído podría ser malinterpretados como debilidad y tener como resultado el seguir alentando la rencilla. No obstante, queda mucho trabajo por hacer en cuanto a la proliferación nuclear y reducción de armas, lo cual hace que la necesidad por cooperar con Rusia simplemente prevalezca sobre la necesidad de castigarla.
La nación mantendrá sus tanques en Georgia si esta quiere hacerlo pero mientras éstas permanezcan más tiempo, menos Europa querrá depender de Rusia en cuanto a sus recursos energéticos, más tendrá que esperar para unirse a la Organización Mundial de Comercio, más hostil será el próximo Presidente de EUA con ellos y más posibilidades existirán que sus países vecinos recurran a Occidente en búsqueda de refugio. La tarea ahora se resume en explicarle a Rusia que esto no parece ser tal victoria para su "machismo" después de todo.
|
Este es el resumen del artículo "Cómo contener a Rusia" publicado en Agosto 23, 2008 en la revista The Economist.
Vea otros artículos publicados en The Economist u otros artículos sobre Negocios con Rusia.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|
