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Imitaciones peligrosas |
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| Los cuerpos militares de EUA han empezado a experimentar y detectar fallas en campo, averías significantes y colapsos en los equipos, redes de comunicaciones y sistemas de artillería usados en sus aviones y buques de guerra, como consecuencia de la implementación de piezas de computación (chips) falsificadas provenientes de China y luego comercializadas en EUA a través de compañías pequeñas y desconocidas.
A esto se le suma el hecho de que los equipos militares de EUA han sido dotados durante los últimos cuatro años con routers falsificados de procedencia china también, lo que se considera una situación alarmante dentro del ámbito militar, ya que el país podría estar expuesto a espionaje internacional e incluso a accidentes aéreos o percances con misiles premeditados. Es más, según el FBI, los colapsos de las redes podrían estar vinculados con el uso de productos falsificados, cuyos pasadizos ocultos pueden permitir el traspaso de los sistemas de seguridad de las redes y el acceso a información confidencial.
Hasta ahora, el Pentágono ha seguido la iniciativa de Clinton, luego continuada por Bush, sobre promover los negocios en desventaja y comprar productos prefabricados en comercios pequeños, y ha mantenido en pie sus esfuerzos por evitar rediseñar su tecnología obsoleta, la cual actualizan con cantidades limitadas de piezas originales para así ahorrar dinero de su presupuesto. Sin embargo, siendo conocedores de la peligrosidad del uso de artículos falsificados para la seguridad nacional, los oficiales superiores no procuran solucionar los problemas en la cadena de suministro, lo que pone en tela de juicio la capacidad de liderazgo de la milicia de EUA y revela la ambición gubernamental por situar el bajo coste de los productos por encima de su calidad.
El proceso de distribución inicia con la promoción de chips de uso militar por parte de las empresas chinas, las cuales se encargan de sacar los chips de tarjetas de circuitos de ordenadores obsoletos, borrarles las marcas comerciales y venderlos bajo una fecha de fabricación más reciente. Éstos son luego adquiridos por comerciantes en EUA que carecen de los conocimientos tecnológicos o la experiencia como para detectar las falsificaciones o por contratistas cuyos negocios no reciben una supervisión gubernamental adecuada. Finalmente estos productos se venden a las diversas organizaciones militares e incluso a la NASA. Se ha comprobado que varios proveedores chinos ya han constituido empresas en EUA para vender directamente sus artículos.
Para minimizar el riesgo, se han impuesto nuevas leyes para los contratistas que compren microchips. Los proveedores ahora deberán conocer la posibilidad de conformidad y rastreo de los productos al presentar la oferta. Aunque el negocio de las falsificaciones es algo común en China, se está empezando a dejar de lado los beneficios económicos que brinda la adquisición de estas falsificaciones de bajo coste y a considerar su baja calidad como un riesgo para la seguridad nacional, salud y prevención. Es por ello que la industria militar de EUA deberá comprar piezas originales sólo a fabricantes y distribuidores autorizados, pese a lo costoso que esto resulte, si desea chips de alta calidad.
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Este es el resumen del artículo "Imitaciones peligrosas" publicado en Octubre 13, 2008 en la revista Business Week.
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