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La nueva era de la frugalidad |
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| En un oscuro callejón de New Hope, en Pensilvania, se está dando una revolución silenciosa, que impactará en la cultura estadounidense. En esta dirección vive la familia Behre, que lleva un estilo de vida anteriormente considerado propiamente americano, pero que ahora resulta curioso. Y es que esta familia lleva un estilo de vida frugal. Conozca a Leah Ingram, Bill Behre y a sus hijas, Jane y Annie. Caminan a casi todos lados, casi no comen fuera, a veces compran ropa en los almacenes de descuento y apagan la luz cuando salen de la habitación. Pero esta no es una familia caída en desgracia. Los Behre son de clase media, tienen empleo y no están particularmente amenazados por la debacle de Wall Street. Behre es decano en el College of New Jersey, mientras que Ingram es escritora. No tienen deudas en sus tarjetas de crédito.
Esta es la situación hoy en día. Pero hace poco más de un año, la familia estaba inmersa en la cultura estadounidense de “consumir a toda costa”. Durante los días del auge inmobiliario, consiguieron un préstamo hipotecario y los gastaron en lujos: tres cruceros en dos años y varios paseos a Disney World. “Después de los ataques del once de septiembre, se consideraba que gastar era patriótico; y nosotros nos volvimos tan patrióticos como pudimos”, lamenta Behre. Ahora, los Behre son precursores de una nueva “era de frugalidad”. La gente que gastó demasiado dinero durante la última década está rechazando ahora cualquier estilo de vida extravagante. Algunas personas están ordenando sus finanzas. Otras tienen miedo de perder sus empleos o están esperando a que la situación sea más clara.
La moderación ya se siente en la calle. En este trimestre caerá por primera vez el consumo personal en 17 años. Además, con la deuda total de los estadounidenses llegando a US$ 2,6 mil millones, los préstamos cayeron en agosto. Esta es la primera vez que sucede esto desde 1991. Se calcula que los consumidores no podrán gastar libremente durante los próximos cinco años. Así las cosas, el ahorro se ha puesto de moda cada cierto tiempo desde la fundación de los Estados Unidos. Benjamín Franklin era considerado en el siglo XIX un ejemplo por la frugalidad que caracterizaba su vida. Más tarde, la gente que vivió durante la Gran Depresión quedó marcada de por vida. Un caso típico es el de Bernard Handel, de 82 años de edad y residente de Poughkeepsie, en Nueva York, que creció pobre en el Bronx. A principios de los años treinta, la tienda de su padre quebró y este no consiguió trabajo durante varios años. Así que, hasta hoy en día, y a pesar de que es adinerado, Handel compra alimentos con cupones, conduce un Honda y toma el subterráneo en vez de taxis.
En el pasado los consumidores empezaban a comprar desde que salía el sol. ¿Cuál es la situación ahora? Según estudios de mercado, esta actitud está cambiando. Booz & Co. hizo recientemente una encuesta entre casi mil hogares. Entre otros resultados, destacan: 43% de los encuestados está comiendo más en casa, y 25% está gastando menos en pasatiempos y actividades deportivas. La mayoría asegura que mantendrá este estilo de vida aun cuando mejore la economía.
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Este es el resumen del artículo "La nueva era de la frugalidad" publicado en OCtubre 20, 2008 en la revista Business Week.
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