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La crisis financiera: como detener el pánico |
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| Los gobiernos de todo el mundo están preocupados por su incapacidad para detener la grave crisis financiera. Ninguna de las estrategias implementadas ha restaurado el flujo de préstamos. La confianza está herida de muerte. A partir del 7 de octubre, el mercado bursátil sufrió cinco de sus peores días desde 1932, debido al temor de una desaceleración económica. Las opciones para la economía real son recesión o depresión.
¿Se podrá hacer algo para detener el pánico? Sí, pero no será fácil ni rápido. Un prerrequisito es olvidar las doctrinas desarrolladas tras la Gran Depresión, único período en que las condiciones financieras estuvieron peores. El mundo ha cambiando en estas siete décadas de intervencionismo. Es posible que lo que funcionó entonces no funcione ahora, como bien lo notará cualquiera que trate de pedir un préstamo ahora.
Hasta los momentos, los encargados de solucionar la crisis se han valido de “dinero helicóptero”, es decir, dinero que se inyecta a lo largo del panorama financiero con la esperanza de revivir el préstamo de dinero y el gasto. Siguiendo esta lógica, la Reserva Federal está prestándole dinero a todo el mundo. El recorte internacional de las tasas es un buen ejemplo de dinero helicóptero. Los bancos centrales creen que si inundan el sistema bancario con reservas, los bancos podrán empezar a prestar dinero al resto de la economía. Pero bajar las tasas de interés y aumentar la liquidez no es suficiente. Es muy peligroso no contar con una estrategia. Y la situación se agrava porque nada está haciendo nada por restaurar la confianza.
Un enfoque alternativo que está ganando cada vez más adeptos es colocar dinero estratégicamente donde surta el mejor efecto, aunque esto signifique tener que escoger ganadores y perdedores, y secar momentáneamente ciertas líneas de crédito. La mejor táctica sería que los gobiernos invirtieran a gran escala en ciertos bancos. La teoría sobre la que se sustenta este enfoque es que los bancos están en tan mal estado que prestarles dinero no resuelve nada. Para que puedan volver a prestar dinero, los bancos necesitan liquidez, y en estas condiciones extremas esto sólo es posible gracias a los gobiernos. Suecia implementó esta estrategia para resolver su crisis bancaria a principios de los años noventa. Algo parecido hizo Inglaterra el 8 de octubre, cuando ofreció comprar hasta US$ 88 mil millones en acciones de los mayores bancos británicos. En esta misma fecha, Henry Paulson, secretario del tesoro, dio señales de que Washington implementará el mismo enfoque con una cartera US$ 700 mil millones aprobada por el congreso.
Este enfoque selectivo no malgasta dinero en los bancos débiles que merecen desaparecer. “Veremos una gran consolidación en el sector bancario de Europa”, señala Robert E. Diamond Jr., presidente de Barclays, una compañía bancaria inglesa. Cada vez más legisladores y economistas están apoyando el enfoque británico porque los préstamos, las garantías y la compra de acciones han surtido poco efecto.
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Este es el resumen del artículo "La crisis financiera: como detener el pánico" publicado en OCtubre 20, 2008 en la revista Business Week.
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