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El negocio de Visa |
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| Hallar el modo de persuadir a 4 mil millones de consumidores del mundo en desarrollo para que usen sus tarjetas de crédito como principal método de pago es sólo uno de los problemas que está encarando Joseph Saunders, el nuevo director ejecutivo de Visa. Pero desde su llegada hace diez meses durante la oferta pública de Visa en marzo, Saunders se ha visto en la necesidad de responder una interrogante más fundamental: ¿Cuál es el futuro del dinero y qué lugar debe ocupar la principal tarjeta de crédito en este mundo? Aunque casi todo está sucediendo tras bambalinas, el panorama está cambiando rápidamente para la industria de las tarjetas de crédito. Y ninguna se verá tan afectada como Visa. Los Estados Unidos fueron el hogar de 58% de sus US$ 4,6 mil millones en ventas (durante los nueve meses que finalizaron el pasado junio) y de 75% de sus US$ 1,2 mil millones en ganancias. Sin embargo, la compañía está enfrentando hoy en día un creciente número de rivales.
Antes de la pasada oferta pública, los bancos eran no sólo los dueños de Visa sino, además, sus mejores aliados. Pero ahora estos mismos bancos le han dado la espalda, emitiendo tarjetas American Express y Discover, lanzando una nueva generación de tarjetas y apoyando nuevos competidores. Anteriormente, la competencia dependía del número de tarjetas que pudieran meter los estadounidenses en sus billeteras. Pero ahora todo depende de microchips no más grandes que una estampilla, que pueden apilarse por docenas en la billetera o en un teléfono móvil. Por otra parte, las compañías de pagos electrónicos, tales como PayPal y Bill Me Later, están expandiendo sus operaciones más allá del comercio electrónico. Además, también está toda clase de abogados, acusando a Visa de usura o prácticas monopólicas.
Aunque Saunders no tuviera que vérselas con la recesión económica, el panorama se está volviendo cada vez más competitivo. Hasta no hace mucho, lanzar una nueva tarjeta de crédito era una tarea titánica. Pero este ya no es el caso. Por otra parte, el procesamiento de los pagos con tarjeta de crédito está hoy en día bajo el control de cuatro compañías, la más grande de las cuales, First Data, no es un banco ni está interesada en proteger a Visa. En cuanto a los nuevos rivales, podemos citar aquí a RevolutionMoney, que cobra sólo 0,5% sobre el valor de la transacción; es decir, 75% menos que Visa y MasterCard.
Y ahora que los estadounidenses llevan consigo un promedio de cinco tarjetas, Saunders está tratando de mejorar las características de sus tarjetas. Por ejemplo, dados los crecientes problemas de seguridad, Visa está ofreciendo un servicio de mensajería por teléfono móvil que envía notificaciones cada vez que un cliente usa su tarjeta. Esto le permite al usuario rechazar cualquier transacción fraudulenta. Por otra parte, nadie sabe cómo ni cuándo Visa le permitirá al cliente prescindir del fajo de tarjetas. Este es un problema que impone preguntas de orden político y tecnológico. Enviar dinero, digamos, a un taxi mediante el teléfono celular es posible hoy en día. Pero los bancos temen que este tipo de servicios conlleven una disminución de las comisiones. Otras interrogantes son cómo mercadear el producto (¿Visa o Citibank?) y cuánto será la comisión de las compañías de telefonía móvil.
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Este es el resumen del artículo "El negocio de Visa" publicado en Octubre 27, 2008 en la revista Forbes.
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