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Cómo evitar una mala presentación | 
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| Si construir una presentación puede crear ansiedad, escuchar una puede resultar una completa agonía. Ambas son experiencias temibles. Es como una discusión de rompimiento de pareja, con pocas lágrimas y mucho clipart.
Las presentaciones pobres le cuestan ventas a las compañías, dañan su reputación y desperdician el tiempo de sus ejecutivos. Quizá haya escuchado a la gente decir "muestre, no diga". Esta expresión puede ser más fácil de lo que suena. Sólo traiga un poco de realidad a la sala. Este es el primer paso que se necesita para decir adiós de una vez por todas tanto al culto del clipart como a las sectas de stocks fotográficos.
Tom Duncan, de Positec Power Tool Group, recibió una llamada de ventas de una cliente clave. En el último momento, abandonó su presentación de PowerPoint llena de un homenaje predecible a las virtudes de sus herramientas, y en cambio, colocó dos taladros sobre la mesa – uno perteneciente a su marca y el otro de su competidor. Luego comenzó a desarmar ambos, para demostrar la durabilidad del diseño Positec. ¿Cuál fue la reacción de la audiencia ante la sorpresiva ausencia de láminas de PowerPoint? "Les encantó," dice Duncan, quien además cerró la venta.
El segundo "asesino" es que el presentador debe abarcarlo todo. Lo entendemos: se investigó mucho en el proyecto, y cada detalle es una gema. Cortar esa quinta viñeta en la decimoséptima lámina es una tortura. Pero no debería ser así. Imagínese como el director de una obra de teatro que distribuye partes del diálogo entre sus puntos principales. Usted puede crear un gran monólogo o o un gran diálogo; pero si posee 22 personajes hablando, usted no habrá desarrollado ninguno de ellos adecuadamente. Así que no piense en el dolor de eliminar la viñeta en la decimoséptima lámina, enfóquese en las líneas extra otorgadas a los personajes principales.
Los mejores presentadores no deben jamás estructurar sus presentaciones pensando en ¿cuál es el siguiente punto al cual debería hacer referencia? Al contrario, ellos deciden en ¿cuál es la siguiente pregunta con la que quiero hacerlos luchar? Con esto concluye nuestra presentación reducida en ansiedad.
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Este es el resumen del artículo "Cómo evitar una mala presentación" publicado en Noviembre 2008 en la revista Fast Company.
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