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Las finanzas islámicas pueden estar en algo |
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| Los bancos y fondos mutuales que cumplen con la ley Islámica han evadido en gran medida las consecuencias de la deuda tóxica. Este podría ser un buen momento para que los inversionistas recogieran una copia del Corán. Les ha ido mejor a las acciones e inversiones que se adhieren al sharia o ley Islámica, que al mercado general. Eso gracias a reglas que prohíben invertir en obligaciones de deuda colaterizada y otros activos tóxicos que han causado la carnicería en círculos convencionales financieros.
Una gran parte del atractivo de las finanzas islámicas es la simplicidad. La especulación es tabú bajo el sharia, y está prohibido cobrar intereses debido a que el Profeta Mohammed dije que la deuda deberá ser repagada en la cantidad que ésta fue prestada. El dinero ofrecido debe ser respaldado por un colateral y si los instrumentos financieros son negociados, éstos generalmente tienen que venderse por un valor nominal, lo cual previene que los bancos reestructuren la deuda.
Esto no quiere decir que las finanzas islámicas no sufrirán un descenso . Debido a que éstas deben sostener un colateral, las instituciones financieras islámicas tienden a poseer más activos inmobiliarios que los bancos occidentales. Hasta ahora, los bancos que cumplen con el sharia —la mayoría en la región del Golfo— no han sufrido debido a que los precios inmobiliarios se han mantenido relativamente bien. Pero si esos mercados se fueran en picada, podría haber problemas. Particularmente vulnerable podría ser el Dubai Islamic Bank, en donde dos antiguos ejecutivos fueran detenidos en un escándalo y 30% de los activos están amarrados a la propiedad. Mohamed Al-Sharif, jefe de finanzas del DIB, reconoce la exposición del 30%, aunque dice que el banco no sufrirá porque trabajan sólo con inmuebles de gran calidad.
Evaluar el desempeño de los sukuk —el equivalente a los bonos— es más difícil. Los bancos han emitido unos US$70 mil millones en sukuk, una minucia en comparación con los US$36,8 millón de millones en bonos en circulación a nivel mundial. Y como muchos eruditos dicen que los sukuk pueden ser revendidos sólo a valor nominal, no tiene sentido un mercado secundario. Queda claro, sin embargo, que la crisis crediticia global le ha puesto freno a la emisión de sukuk. El mercado se ha cuadriplicado a US$24 mil millones entre el 2004 y el 2007, pero este año haya caído en un 31%.
Para los inversionistas en acciones, las finanzas islámicas no difieren dramáticamente de los principios occidentales. Para cumplir con el sharia, las compañías no pueden manejar casinos o vender tabaco, alcohol, carne de cerdo o pornografía y la deuda no puede exceder el 30% del patrimonio neto. Tales reglas dejan a más de la mitad de las compañías en el índice Standard & Poor's 500 –incluyendo a Microsoft, Southwest Airlines y Nike — en conformidad.
Mientras que los capitales en cumplimiento con el sharia han tenido un desempeño conforme a las acciones convencionales con el paso de los años, la prohibición de deuda excesiva ha impulsado a los fondos mutuales islámicos en los últimos meses. Dos tercios de nueva moneda ahora fluyendo en Amana Funds, sumiso al sharia, en Saturna Capital en Bellingham, Washington, proviene de no musulmanes. Los dos fondos han caído en 27% y 33% este año, en comparación con el descenso del 41% para el S&P 500. "La gente se está tratando de esconder del apalancamiento invirtiendo en nuestros fondos," dice Monem Salam, director de inversión islámica de Saturna. "Pero cuando el apalancamiento sea aceptable de nuevo, ellos se dirigirán a otra parte".
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Este es el resumen del artículo "Las finanzas islámicas pueden estar en algo" publicado en Noviembre 24, 2008 en la revista Business Week.
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