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El rescate de Detroit: cómo pudiera funcionar | 
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| La relación entre la industria de los automóviles y Washington siempre ha sido difícil. Detroit y los federales han chocado en relación a todo, desde un apoyo gubernamental para los sindicatos en la década de los 30, hasta las regulaciones de economía de combustible en los 70. Ahora el Congreso propone designar una especie de “zar de los automóviles”, quien a cambio de miles de millones en ayuda, impondrá la voluntad de Washington en Detroit. El presidente electo Barack Obama advirtió sobre este peligro potencial cuando dijo: "No queremos que el Gobierno maneje las compañías, pues no lo ha hecho muy bien".
Bajo el proyecto de ley propuesto, los fabricantes de autos tendrán que poner a consideración un plan de reestructuración para el 15 de mayo. La función del zar de los automóviles será asegurarse de que el plan vaya lo suficientemente lejos y la mayoría de las industrias y expertos en gerencia esperan que logre reunir a los diversos interesados (sindicato, acreedores, y gerencia) y forzarlos a hacer concesiones. Debería empezar por recortar la deuda y las obligaciones en relación con la salud. A pesar de todos los recientes reintegros del sindicato, los trabajadores y jubilados de la industria pagan el 5% de sus costos en atención de salud, vs. un promedio de 30% para el resto de los americanos con cobertura. Hacer que aumenten su porcentaje reduciría grandemente las obligaciones de salud de la GM con el sindicato.
Los poseedores de bonos tendrán que hacer recortes en serio. El senador Bob Corker ha sugerido un intercambio de la deuda por acciones con un 70% de descuento, lo que reduciría la deuda de GM de $63 billones en más de la mitad. Hay modelos históricos en que inspirarse. La Chrysler recortó la mitad de su deuda en 1979, antes de obtener facilidades en la garantía de préstamos. Otro posible modelo fue la intervención gubernamental en la industria del ferrocarril, cuando Conrail, empresa creada por el Gobierno partir de varias compañías en bancarrota, tuvo problemas de rentabilidad. El Congreso sentó metas para la rentabilidad y la modernización tecnológica y al ver que la compañía aun así no hacía dinero, amenazó con liquidarla si el sindicato no hacía concesiones. Éste las hizo, y Conrail finalmente se hizo rentable.
En este ambiente tan cargado, se duda de que el Gobierno pueda imponer su voluntad sin permitir que los políticos apliquen decisiones desapasionadas. Mucho dependerá de la habilidad y temperamento del zar del automovilismo. Una combinación de conocimientos de la industria y perspicacia financiera sería lo máximo. También va a necesitar convocar un consejo asesor de expertos en finanzas y veteranos de la industria.
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Este es el resumen del artículo "El rescate de Detroit: cómo pudiera funcionar" publicado en Diciembre 22, 2008 en la revista Business Week.
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