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El próximo desastre | 
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| Hasta mediados de noviembre, han ocurrido más de 4,300 muertes relacionadas a la droga en México, comparadas con 2,500 en 2007. Los narcotraficantes han infiltrado los más altos niveles de las fuerzas de la ley y la violencia prevalece en todos los segmentos de la vida del país, que se teme esté descendiendo a un caos criminal y económico. El desafío de acabar con la corrupción ha sido enfrentado y se está rastreando a gente que estaba infiltrada. Pero existe una urgente preocupación en Washington, pues si el gobierno mexicano falla, al menos la parte norte del país sería controlada por mafiosos terroristas. En la llamada iniciativa de Mérida, el Tío Sam ha comprometido $1.4 billones en equipos militar para ayudar a México a darle una batida a los carteles, aunque hasta noviembre no hubo cambios significativos. El Estado mexicano lucha contra un oponente con ilimitadas armas y recursos financieros, y aunque ha obtenido algunas victorias
importantes, la mayoría de los mexicanos cree que los carteles están ganando la guerra. Aun así, su acción se refleja en un aumento del 27% del precio de la cocaína en EUA, en relación a 2007.
A esto se une la baja precipitada de los precios del petróleo y los profundos efectos de la recesión económica en EUA. Tras expandirse en 3.2% en 2007, el crecimiento del PIB en México se hará más lento, a 1.5% este año, y estará entre cero y 0.7% en 2009, cuando se espera haya una caída en los petrodólares y un aumento del desempleo. El 80% de las exportaciones mexicanas van para EUA, donde los consumidores no están gastando. En Ciudad Juárez, 22.000 personas han perdido sus trabajos en maquilas este año. Los tres sectores líderes de la economía: servicios, industria y agricultura, se están enlenteciendo y se espera que la industria manufacturera se contraiga el próximo año, mientras disminuye el número de remesas que se reciben de EUA. Pero los mexicanos aún pueden sortear tiempos difíciles. El déficit federal es de un 0.2% del PIB, las tasas de interés a corto plazo de la deuda pública, aunque altas, son de 8.3%, y la inflación es manejable (5.8%). Todavía hay contrataciones de personal en las fábricas de Guadalajara, Chihuahua y Reynosa y muchas empresas invirtiendo en el país. El sistema bancario está bien capitalizado, y aún no hay indicios de crisis crediticia.
Golpeado por el bajón de los precios del petróleo y por una baja en la producción, la contribución de Pemex a las arcas del Estado podría bajar en un 20% o más en 2009. De un máximo de 3.3 millones de barriles diarios en 2004, la producción ha bajado hasta 2.8 millones y México podría convertirse en un importador de petróleo neto para el 2015. El problema no es la falta de recursos, sino que la Constitución impide vender participaciones en los campos de petróleo a compañías foráneas, privando al país del capital de riesgo y del talento de las petroleras occidentales. Una reforma podría ayudar, permitiendo a Pemex desarrollar tecnologías de empresas extranjeras de servicios al petróleo y pagarles incentivos en base a su éxito. Otra solución sería que el gobierno asuma los libros de Pemex, convirtiendo su deuda en soberana. Pero pocos inversionistas extranjeros estarían dispuestos a comprarla y la criminalidad es una razón de peso.
Los carteles han dejado marcas aterradoras, incluyendo al menos 40 decapitaciones este año y hay pandillas que publican asesinatos de gente inocente para mejorar su reputación. Un miedo crónico a los secuestros o a algo peor, está llevando a los mexicanos a irse cada vez más para EUA, donde también los narcotraficantes encuentran oportunidades. Atlanta se ha convertido en el centro distribuidor de cocaína y otras drogas de la Costa Este para los carteles mexicanos y el noroeste de Georgia está plagado de almacenes de drogas y casas de conteo de dinero. Desde ahí, la cocaína es trasladada a Nueva York, Pittsburgh, Washington, Miami y Chicago, lo que está siendo difícil de ignorar por los norteamericanos. Con dinero fluyendo en sentido equivocado por la frontera, con la infiltración entre los que hacen cumplir la ley, y tantos oficiales corruptos en México, los gringos temen que el equipamiento del Plan Mérida sea utilizado en su contra.
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Este es el resumen del artículo "El próximo desastre" publicado en Diciembre 22, 2008 en la revista Forbes.
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