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A romper el cochinito | 
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| La mayoría de las naciones latinoamericanas elaboraron sus presupuestos en septiembre de 2008, cuando los precios de los commodities y el crecimiento del PIB se preveían más altos, pero tras la caída de Lehman Brothers comenzaron a caer los términos de intercambio y actividad, golpeando a los ingresos. Los que ahorraron en tiempos de vacas gordas pueden aguantar, el resto, tendrá que buscar dinero afuera. La caída de las exportaciones puede ser equivalente a un 2% del PIB de la región (entre US$ 60.000 y US$ 70.000 millones). La política fiscal latinoamericana es cíclica: por lo general, los gobiernos gastan más en períodos de auge económico y menos en caso de recesión. Y 2009 no será la excepción.
Los centroamericanos, al ser importadores de productos naturales, vivieron el ciclo opuesto a la racha de los buenos precios de los commodities de Sudamérica y hoy son los que tienen más problemas de pobreza y liquidez. También sufrirán los que no supieron acotar sus gastos, como Ecuador, que ya está en moratoria técnica. Venezuela tiene ahorros importantes y previó un barril de petróleo conservador para 2009, pero Chávez tendrá que suspender muchos de sus proyectos en el extranjero. En Argentina, la economía se está desacelerando y los ingresos fiscales van a disminuir, pues no tiene reservas y nadie quiere comprar su deuda. Chile es el único país con una política fiscal contracíclica planificada y sustentada por años de ahorros, y gracias a su práctica de calcular el gasto público a largo plazo, hoy tiene un fondo cercano a los US$ 25.000 millones con que suavizar el impacto de la crisis.
Colombia y Perú han seguido su ejemplo, siendo cuidadosos en su política fiscal durante los últimos años y Brasil ha mostrado una política más centrada en limitar el gasto, lo que al menos le ha permitido mantener las cuentas a raya, aunque la ampliación de sus ingresos se debe mucho más al calentamiento de la economía que a un plan del gobierno, y el nivel de endeudamiento sigue alto. México ha ahorrado, pero no lo suficiente y su nivel de actividad depende en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, por lo que la crisis lo golpeará por todos los flancos: las exportaciones, las remesas, el sistema financiero y el precio del petróleo.
Si la crisis es extrema, hasta Chile tendrá que salir a buscar financiamiento, que será caro y escaso. Los que necesiten endeudarse tendrán que pagar mucho más, así que lo mejor será renunciar a una política expansiva y apretarse el cinturón. Aún así, los países están mejor preparados para enfrentar la actual coyuntura que hace 10 o 15 años cuando ninguno tenía ahorros. En los años 2003, 2004 y 2005 el gasto no aumentó en la misma proporción que los ingresos y los países han estructurado su deuda en plazos más largos, lo que les permitirá cierta holgura para mantener el gasto sin entrar en renegociaciones.
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Este es el resumen del artículo "A romper el cochinito" publicado en Diciembre 2008 en la revista América Economía.
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